jueves, 17 de enero de 2019

PANGLOSSIANOS (V): SI NO TE GUSTA, TIENES UN PROBLEMA


En resumidas cuentas vivimos en el mejor de los mundos posibles. No es perfecto aún, ciertamente. Todavía queda mucho por hacer en cuanto a desigualdad, reparto de la riqueza y funcionamiento del ascensor social. Nuestra economía tiene serios problemas de futuro y nuestra administración y los servicios públicos adolecen de cierta falta de exigencia, independencia, rendición de cuentas y control de calidad, pero el panorama global es como para sentirse razonablemente satisfecho.
Francisco Igea Arisqueta[1]

El año pasado comencé ocupándome de ellos porque parecía que íbamos a tener una buena ración de arribaloscorazones y creo que no me equivoqué, en todo caso me quedé corto, aunque la propaganda sea tan poco lucida como la que hace Igea. Dejé cosas a medio hacer pero creo que los argumentos básicos de mi crítica quedaron claros. Hace poco leía una entrevista a Esteban Hernández que coincidía bastante, tanto en lo escrito como en lo que se quedó por el camino. Como diría aquel, me llena de orgullo y satisfacción[2].
El mes pasado aparecía una entrevista en La Contra, la última página de La Vanguardia, un espacio que se caracteriza por lo que suavemente podríamos llamar eclecticismo: un día entrevistan a un profesional serio de cualquier ramo y al día siguiente a un defensor de la curación a través de la meditación o de la hipótesis de la Tierra Hueca. La protagonista era una panglossiana llamada Anna Rosling a la que definían como cofundadora del “equipo Gapminder”. Leyendo la entrevista se deducía que aquello del equipo Gapminder era un invento de su padre Hans, asesor de la ONU. Archivé la entrevista porque pese a ser la enésima versión de la leyenda de la edad de oro aplicada a nuestros tiempos, y no especialmente original, había un asunto que me inquietaba.
No ha pasado ni un mes y en La Vanguardia vuelven a la carga, esta vez reseñando un libro del cabeza de familia, y todo se vuelve mucho más claro. La reseña es de Félix Riera, un hombre con una extensa trayectoria en asuntos culturales (llegó a ser director de Catalunya Ràdio) pero que, en mi humilde opinión, redacta pésimamente[3].
El libro se llama Factfulness (incluso en su versión traducida) y con Hans ha colaborado su hija Ola además de Anna, la que ya conocíamos. Ahora sabemos que Hans es médico y aparte de colaborar con la ONU a través de UNICEF es cofundador de Médicos sin Fronteras en Suecia[4]. Dice Riera que el libro es “un ensayo para estar alerta sobre lo que sabemos, o mejor dicho, sobre lo que desconocemos. Somos conscientes de que la esclavitud legal (países donde el trabajo forzoso es legal o practicado por el Estado) sólo se practica ya en tres países”. Estamos jodidos... de su redacción no me queda claro si este es un dato de los que sabemos o de los que desconocemos porque si lo sabemos, ¿para qué insistir? El problema es que el panglossiano Rallo decía el año pasado por estas mismas fechas que el número de países con esclavitud era cero. Luego hablaba de Cuba o Corea del Norte como países que esclavizan a toda su población pero ya se puede entender fácilmente que no hablaba de lo mismo...
También dice que “la explotación infantil en niños de entre 5 a 14 años ha descendido del 28% en 1950 a un 10% en el 2012”. Un cálculo curioso: la población mundial estimada en 1950 era de 2.500 millones y la de octubre de 2011 de 7.000, lo que hace un crecimiento del 270%. Es decir, que el porcentaje de niños explotados en el mundo habrá descendido pero la cantidad es la misma en un tiempo donde el trabajo es un bien escaso[5].
Esta ya es buenísima: “prácticamente se han erradicado los casos de viruela en el mundo desde el año 1979”. Que yo sepa, el último caso se diagnosticó en Somalia en 1977, así que prácticamente y no prácticamente. Entonces, ¿por qué escribe 1979 en lugar de 1977? Pues porque algunos países guardaron muestras y a los inútiles de los británicos se les “escapó” y en 1978 murió una fotógrafa médica llamada Janet Parker. Además un médico se suicidó porque se sentía culpable del accidente[6]. Que se sepa, al menos Estados Unidos y Rusia aún conservan sus viruelitas, esperemos que en mejores condiciones.
Da más ejemplos y todos valen más o menos lo mismo pero no quiero aburrir. Les extraña que sigan sin convencernos, parece que la mera exposición de hechos tan incontestables debería ser motivo suficiente para que cambiáramos de opinión y, sin embargo, persistimos en el error. Así que hay que buscar explicaciones. Copio a la letra: deformamos la realidad como consecuencia de ser más determinante el impacto de nuestros instintos que aplicar nuestro conocimiento. El instinto de la negatividad alimentado por el bombardeo de noticias falsas, el instinto de la brecha basado en nuestra idea binaria del mundo y el instinto del miedo nos impiden comprobar que un hecho aterrador no es necesariamente el más peligroso.
¡A la verga! Resulta que si no te crees sus chufas es porque te guías por el instinto, como los bebés o los primates.  Ya se sabe, cuando fallan los argumentos llegan los insultos, aunque se expresen en finolis. No aplicamos nuestro conocimiento, aunque se les rebata con datos comprobables, a diferencia de sus manipulaciones. Somos binarios, y nos lo dicen los que se mueven con la única idea de antiguo = malo, nuevo = bueno. ¡Viva la riqueza de su pensamiento multifactiorial! Lo del instinto del miedo no me atrevo a contestarlo porque confieso que no entiendo eso de que un hecho aterrador no es necesariamente el más peligroso. Deben ser carencias de mi cerebro de bebé primate...
Y aún falta lo mejor: El ensayo rastrea en datos y hechos para descubrir las razones por las que nuestra visión es pesimista, negativa y llena de prejuicios sobre hacia donde avanza el mundo. Hay razones ideológicas, otras de ignorancia, pero, sobre todo, una razón determinante es que seguimos mirando el mundo como lo hacíamos hace veinte años, basándonos en los datos de entonces, sin actualizarlos. Como plantea Rosling, después de esta lectura “Verás como acabas sustituyendo tu visión hiperdramática del mundo por una visión basada en hechos”.
¡Habló de putas La Tacones! Resulta que el que nos acusa de habernos quedado parados hace veinte años nos presenta como uno de sus grandes argumentos un hecho único que sucedió hace cuarenta.
Por cierto, conviene saber que la idea de una campaña mundial para la erradicación de la viruela fue un empeño de los soviéticos, concretamente de Viktor Zhdánov, Viceministro de Salud de la URSS en 1958. Quizá por eso no se encuentra nada comparable ni en treinta, ni en veinte, ni en diez, ni en cinco años[7].










[1] No conocía a este optimista. En el artículo escribe que está orgulloso de su partido y por el contexto se podía deducir que el partido era Ciudadanos. En efecto, Google confirma que es un cargo electo de Ciudadanos. La referencia completa de los artículos aparece en la nota final.
[2] Esteban Hernández, aparte de publicar libros muy interesantes, es columnista en El Confidencial. Últimamente leo sus artículos con el mismo deleite con el que antaño leía los de Gregorio Morán.
[3] He puesto mucho cuidado en transcribirlo fielmente para que no me podáis acusar de sus errores.
[4] Sobre UNICEF se ha escrito de todo. Desde que es un foco de corrupción hasta que promueve la explotación laboral infantil. Sólo puedo decir que edita unas felicitaciones navideñas que nunca he comprado pero alguna vez he recibido. Sobre Médicos sin Fronteras, lo habitual respecto a las ONGs: que no cumplen la legislación laboral con sus empleados y que hacen el juego a los dictadores.
[5] Se podrá aducir que la pirámide de edad global ha tendido hacia un envejecimiento de la población pero los países donde se explota a los niños la han rejuvenecido como consecuencia de un descenso de la mortalidad infantil, así que una cosa corrige la otra, si no aumenta la cifra de niños explotados hoy...
[6] Como resultado del desastre, los británicos destruyeron las muestras que conservaban. O eso dijeron. Ya lo he escrito alguna vez, esos papanatas que se deshacen en alabanzas a la BBC no deben verla demasiado y si la BBC es el buque insignia de su eficiencia se puede imaginar el resto. Sin embargo los nacionalistas británicos se consideran la quintaesencia. Me recuerdan mucho a otros que tengo por aquí cerca y que, no por casualidad, son grandes admiradores de la BBC, con la que gustan de compararse a menudo.
[7] Aquí van los artículos por orden de mención: Francisco Igea Arisqueta: “¡Qué error! ¡Qué hermoso error!”, El Confidencial, 31/12/18; Guillermo Fernández Vázquez: “Creer que las mujeres van a salvar el progresismo es como pensar que los obreros votan siempre a la izquierda”, CTXT, 26/12/18 (entrevista a Esteban Hernández); Lluís Amiguet: “La gente se radicaliza porque prefiere sentir a razonar”, La Vanguardia, 19/12/18, p. 60 (Es la entrevista a Anna Rosling); Félix Riera: “La mirada positiva”, cultura׀s 863, 13/01/19, p. 11 (cultura׀s es el suplemento cultural semanal de La Vanguardia). Como podéis apreciar, dos de ellas las he leído en papel. No es extraño, tratándose de un asunto tan reaccionario aunque se envuelva de su opuesto...