lunes, 23 de diciembre de 2019

INFIERNOS QUE HIELAN Y NIEVES QUE ABRASAN



 No confío en la Justicia y me refiero a la que tenemos, no hablo en términos abstractos. Podría dar un buen montón de razones pero me limitaré a contar una historia. En tiempos del servicio militar obligatorio conocí a dos muchachos que eran amigos y se declararon insumisos el mismo día[1]. Juzgados por jueces diferentes, uno salió absuelto y al otro le cayó una pena de dos años, cuatro meses y un día. Lo mejor de todo es que antes de entrar a la sala sus respectivos abogados ya les dijeron la pena que iba a caer a cada uno e hicieron pleno.
Se podría contestar que esas cosas pasan en provincias, pero que los magistrados del Tribunal Supremo o el Constitucional son otra cosa. Por eso son magistrados, que viene de magister, maestro.
Quizá sea una manía pero tiendo a desconfiar de los que ocupan aquellos puestos en los que para ser elegido hay que poseer don de gentes y buena mano para las relaciones públicas. En realidad cuando hablamos del rescate de los bancos deberíamos hablar del rescate de las cajas, pues fueron estas las que quebraron en masa. No por casualidad, pasaron de ser las entidades más serias en el sentido de respetuosas con el dinero ajeno a volverse las más alegres desde el momento en que fueron puestas en manos de “gestores” nombrados por políticos. Por cierto, otra de las brillantes ideas del nefasto Felipe González[2].

Sucede que un tribunal europeo ha decretado que Oriol Junqueras tiene inmunidad como parlamentario europeo y eso podría traer consecuencias para los casos aún pendientes de Puigdemont y Comín. Por lo que leo no es algo cerrado, debe haber ciertas salvedades en la sentencia a las que supongo que se agarrará la justicia de aquí[3]. En cualquier caso, como dirían los periodistas, las reacciones no se han hecho esperar.
El nacionalismo catalán es ciclotímico, es un hecho bien probado. Pasan del calor al frío, del amor al odio, de la noche al día en menos de lo que se tarda en nombrarlos...
Al principio su fe en Europa era inquebrantable. Pero cuando hablo del principio hablo del 2012, cuando aún ni existía la noción del Proceso. Esta creo que no la he contado, sucedió aquella noche electoral en que Artur Mas creía que iba a pasar de los 62 escaños a la mayoría absoluta porque así lo había escrito el director de La Vanguardia y al final acabó por perder doce de los que tenía. En plena euforia no hay que olvidar que aquella Diada fue la primera multitudinaria en décadas y que tenía por lema “Cataluña, nuevo estado de Europa” , un tertulero de la radio pública catalana dijo: “Europa no puede permitirse el lujo de prescindir de Cataluña” y se quedó tan oreado. Y lo que más me llamó la atención no fue esa frase pronunciada con la voz hueca que luego se ha hecho tan característica sino que ninguno de sus compañeros dijera nada, ni siquiera un jocoso “cambia de camello”. Todos callaron otorgando.
Después vino la pérdida de la fe europea y aquello prácticamente lo conté tal cual sucedía en 2017 y por ahí atrás está guardado.
El jueves el sargento Torra colgó la bandera europea del balcón del edificio que detenta[4] sin necesidad de rebajarse a ordinarieces como pedir perdón o sentirse avergonzado por la culpa pasada. La bandera luce bien, se nota que es recién comprada o ha estado guardada durante mucho tiempo. Di que también su gesto tiene algo de plegaria porque el mismo día que la mandaba izar supo de su condena y decidió fiar sus destinos a la justicia europea que vuelve a ser amiga[5]. Pero, como digo, esto no me sorprende. Hace tiempo que el nacionalismo catalán es previsible en lo patético.
Me sorprende la contraparte. Me sorprenden esos ridículos patrioteros del entorno de VOX que han acuñado la fórmula del Spexit sin asomo alguno de ironía que, como se sabe, es la fórmula más elevada del humor como el sabor amargo es el más complejo y sólo apto para los paladares adultos.
Del entorno de VOX, porque, por decirlo en palabras taurinas que seguro apreciarán, sus primeros espadas hacen el Don Tancredo. El hijo de Abascal, el hijo de Espinosa de los Monteros, su esposa de las arquitecturas prematuras y el Ortega Smith de apellidos castizos no se han señalado. Nadan y guardan la ropa. Eternos lenguas sin manos, milhombres[6].
Me sorprende porque estábamos mal acostumbrados. Tantos años sin nacionalismo español, pese a las retahílas de tantos exprogres a los que se les paró el reloj en 1975, los josepramonedas, los vicençnavarros, los joseluisvillacañas ...
Hombre, jode haber dejado de formar parte de los tres países de Europa libres de ultraderecha de ámbito nacional. Al menos a mí me jode. Ya sólo quedan Portugal e Irlanda para aguantar el pabellón.

Así que en adelante nos espera un juego de espejos. La bandera europea virará de los mástiles torreros a los voxeros según sople el viento noticioso, pero ambos estarán diciendo lo mismo y bastará ver un balcón para adivinar lo que habrá en el otro.
No estoy de acuerdo con eso de que “los extremos se tocan”. Como decía el gran Jaume Perich, “los extremos no se tocan, se cascan”[7]. Pero en este caso no hablamos de extremos, hablamos de nacionalistas que rinden culto a distintos trapos pero cada vez vuelven más evidente que el nacionalismo es simplón, visceral, poco amigo de la razón y el conocimiento, cosa de tripas.
Prescindible[8].



[1] Supongo que esto ya hay que explicarlo, como la EGB o las pesetas. Los insumisos eran aquellos que se negaban a hacer el servicio militar o su alternativa, la prestación social sustitutoria, lo que era delito. Los objetores nos negábamos a ingresar en el Ejército pero cumplíamos la prestación, en mi caso en la Cruz Roja. Los estudiantes universitarios que iban a la mili tenían dos opciones, o bien pedían prórrogas y al acabar sus estudios se incorporaban como soldados o bien entraban en las milicias universitarias. De ahí salían con el grado de alférez, salvo los más torpes que se quedaban en sargentos. Quim Torra fue sargento.
[2] Hay una de la que se habla poco, la destrucción de la red de ferrocarriles en la pira de la modernización. Ahora que se habla tanto de la España Vaciada, quizá alguien debería tomarse el trabajo de superponer mapas. Quién sabe si saldría de ahí lo que en lenguaje técnico se llama correlación lineal...
[3] Repito como un loro lo que leo en Beatriz Parera: “El matiz de la sentencia de Luxemburgo que cierra el regreso de Puigdemont a España”, El Confidencial, 20/12/19. De momento sigo sin encontrar un buen motivo para desperdiciar un segundo de mi vida leyendo sentencias.
[4] Y utilizo esta palabra siendo consciente de su significado...
[5] No sé si hay fotos del momento. ¿Habrá sido alguno de los izadores que ya tienen experiencia como Lluís Llach o Antonio Baños, habrá sido el sargento en persona o habrá dejado la tarea al ujier?
[6] Esta palabra ya en desuso, que pertenece a una época que dicen conocer y amar, se conserva aún en su préstamo catalán, milhomes.
[7] Perich no se casaba con nadie, quizá por eso nadie ha hecho especial esfuerzo para reivindicarle. Por un lado me mata la curiosidad por saber qué hubiera escrito o dibujado sobre lo que está pasando pero por otro pienso que quizá sea mejor así, aunque entiendo que su familia no pensará lo mismo. Su libro Autopista fue todo un superventas en la agonía del Franquismo. El título era una parodia del Camino del entonces muy influyente San Josemaría Escrivá de Balaguer, Marqués de Peralta, en realidad nacido José María Escriva o Escriba a secas, ahora no recuerdo la grafía exacta. El marquesado lo compró falsificación mediante, usando lo que él llamaba “la santa desvergüenza”
[8] Últimamente leo alabanzas a Otegi como aquel que intercedió para que ETA pasase al retiro. Es cierto, pero hay que precisar cuándo se convirtió. No se volvió pacifista hasta que un tribunal europeo decretó que la Ley de Partidos que ilegalizó a Batasuna era correcta. Fue entonces cuando vio la luz, ante la perspectiva de pasar toda su vida en la ilegalidad y tener que actualizar el curriculum y dejó de decir aquello de que “la izquierda abertzale es la que tiene el puño de hierro” y cosas parecidas. Por cierto que entonces la justicia europea solía dar la razón a los jueces españoles, al menos en lo gordo.

jueves, 12 de diciembre de 2019

YA VIENEN LOS REYES


Los Reyes Magos son uno de los grandes recuerdos de mi infancia, los únicos monarcas a los que tengo aprecio y a día de hoy no tengo claro si disfrutaba más con las expectativas de la noche o con la alegría de la mañana.
Una extraña mezcla esa de reyes y magos en las mismas personas. Si se toma mago como sabio[1], pocos ejemplos se pueden encontrar aparte de Alfonso X y otro puñado en toda la historia europea[2]. En realidad es uno de los muchos equilibrios que tuvieron que hacer los cristianos para casar lo que dicen los Evangelios con la parte de la tradición judía recogida en la Biblia. Si en el evangelio de Mateo se habla de unos magos que siguen una estrella para adorar al Rey de los Judíos, las profecías antiguas hablaban de que cuando llegara el Mesías los reyes del mundo irían a adorarle. ¿Solución? Hacer reyes a los magos y asunto resuelto, la tradición cristiana está llena de estos apaños.
Por alguna razón los Reyes Magos siempre han sido muy populares en España. La que se considera la primera obra de teatro en castellano trata sobre ellos, el Auto de los Reyes Magos[3].  De una u otra forma siempre han estado presentes, por ejemplo en los villancicos que se cantaban en la Capilla Real o las catedrales, no sólo de la península sino también de la América hispana. Así que no extraña demasiado que, en la tradición milenaria de hacer regalos a los niños en el solsticio de invierno, en España y sus zonas de influencia se optara por ellos.
El norte de Europa prefirió a San Nicolás de Bari[4], cuya fiesta se celebra el 6 de diciembre, probablemente por analogía con el episodio de las tres doncellas pobres, cuando evitó que su padre las prostituyera arrojando una bolsa de oro por la chimenea. Y por corrupción del alemán Sankt Nikolaus nació el Santa Claus hoy omnipresente, aunque desplazado a la fecha del Papá Noel o Father Christmas de otras tradiciones europeas. Los italianos conservan la fecha de la Epifanía pero con una “bruja buena” como protagonista, la Befana, que es una curiosa variación de la leyenda del Judío Errante.
Sea como fuere, la tradición tal y como nosotros la conocemos consiste en los tres reyes magos depositando regalos la noche del 5 al 6 de enero en los zapatos de los niños que se han portado bien. Para los malos está el carbón, que no por casualidad es el material con el que el Diablo suele dar los chascos a sus adoradores. La cabalgata de Reyes más antigua de la que se tiene constancia es la de Alcoy, que se remonta a la segunda mitad del siglo XIX.

Sí, por supuesto, todo este alarde innecesario viene a cuenta de la última de VOX, pero es que a veces me gusta adornarme. Para eso tengo un blog, qué demonios...
Sucede que en una red ha aparecido una felicitación navideña de VOX de Cádiz con una imagen de tres reyes magos blancos y se ha armado el Belén o la de Dios es Cristo o el Rosario de la Aurora. Habrá que ir por partes porque el asunto es curioso[5].
Por empezar por algún lado, en las Sagradas Escrituras ni siquiera se menciona el número de los Reyes Magos, se dedujo de los tres presentes de oro, incienso y mirra que ofrecieron[6]. A los medievales les encantaban las analogías y el simbolismo en general, así que utilizaron la representación de tres reyes para simbolizar las tres edades del hombre: juventud, madurez y senectud y más tarde también las tres partes del mundo conocidas entonces: Europa, Asia y África. No sé de dónde sacaron los tres nombres, pero me da que tiene que ser una historia interesante...
En cuanto a la propia felicitación, hay algo que me hace mucha gracia. El felicitador se presenta a sí mismo como “D. Juan Carlos Sanz Martín. Presidente de VOX Cádiz”. Y lo que me hace gracia es esa D., porque me recuerda los locos tiempos de mi vida en los que escuchaba a la ultraderecha mediática, cuando Federico Jiménez Losantos y César Vidal se trataban de Don Federico y Don César. Antes de que, según se cuenta, a Don César casi le diera un ictus en un consejo de administración cuando Don Federico le hizo saber aquello de “prometer hasta meter y después de metido, nada de lo prometido[7]”.
Lo del Don es una historia interesante. Tiene su obvio origen en el Dominus latino, con el sentido de señor. Como curiosidad en castellano, y creo que también en francés , hasta hace relativamente poco la forma correcta de dirigirse a Dios era como Majestad y al Rey como Señor, aunque en un momento se invirtieron los papeles. Don es un título claramente declinante. Cuando se examinan documentos de la Alta Edad Media su aparición es importante porque indica algo, pero ya en la Baja Edad Media, a partir del siglo XIII, hay que examinar el contexto para ver si significa algo o nada. En el siglo XVII Quevedo y sus contemporáneos sacaron mucho fruto del uso indebido del don[8]. En fin, son rancios, qué le vamos a hacer, rancios hasta el fondo del tuétano. Ya lo sabía, pero me hace gracia que tropiecen en la misma piedra una y otra vez sin conexión aparente, como si lo llevaran escrito en los genes.
Y aparte de rancios, cobardes. Una vez aparecida la imagen en la red se han disculpado diciendo que “era un boceto” y que todo se debe a una “filtración malintencionada”. ¿Dónde queda el magnífico refrán muy español y mucho español de “A lo hecho, pecho”, que no rima en otros idiomas? Tan gallitos como aparecen en su propaganda...
Leí el tema ayer, de pasada, y cuando lo he buscado hoy, entre las tres principales referencias salía una página fachorrilla. En realidad peor que la de VOX Cádiz porque pretendía negar lo que esta ha admitido, que la felicitación existía.  Tras ello, se lanzaban a una búsqueda iconográfica para demostrar que había representaciones de los tres reyes blancos. Sí, claro. Antiguas, pero las hay. Por desgracia para ellos, la que eligieron para la felicitación no era antigua. Aunque, por supuesto, se han escudado en que procedía de un banco de imágenes. Ah, ¿se compran sin mirarlas?
El problema es que VOX apela a la tradición, a veces hasta tal punto que los carlistas parecen rojos a su lado. Y la tradición dice que en España los Reyes Magos son tres, Melchor, Gaspar y Baltasar. Que Baltasar es negro y joven, que Gaspar es de mediana edad y Melchor es anciano. Nunca he tenido muy claro quién es el europeo, cosa que a los niños les importa un carajo, pero me da la impresión de que si Melchor o Gaspar hubieran sido representados en una cabalgata por un chino Cayetana nuncateloperdonarémanuelacarmena habría montado en cólera[9].
Cuando era pequeño una mayoría abrumadora de primogénitos éramos de Baltasar, teníamos el privilegio de elegir. Normalmente el orden siguiente era Melchor y Gaspar y por lo que tengo visto, las nuevas generaciones opinan igual.
Dado que los de VOX dicen no ser muy amigos de lo que está más allá del Pirineo (ni que decir sobre lo que está por debajo de Gibraltar) les daré un dato sobre la tradición del San Nicolás holandés (ya se sabe, el gran enemigo, los que nos vencieron): allí San Nicolás tiene un ayudante, llamado Zwarte Piet, que se traduciría por Pedro el Negro, pero no tiene nada que ver con el que anima estas páginas. Zwarte Piet es español y es negro[10].
Hala, a sacar de su sepulcro a las momias de los Duques de Alba y a pelear[11].

















[1] Que es como hay que tomarlo. Aún en las comedias de magia del siglo XVIII el mágico como se le llamaba entonces, escrito con la grafía antigua máxico , siempre se refiere a su saber como una ciencia.
[2] Alfonso X fue un político desastroso, como buen sabio. Hay una leyenda que asocia su desgracia con una blasfemia que profirió que encuentro maravillosa. Alfonso era un gran aficionado a la astronomía y hay que recordar que en su época aún se regía por el paradigma ptolemaico que consideraba la tierra el centro del universo y hacía girar al sol y los planetas a su alrededor. Como es lógico, el sistema necesitaba muchísimos ajustes para que los cálculos fueran fiables y se dice que Alfonso comentó que si Dios le hubiera pedido opinión a la hora de crear el mundo, le habría dado unos cuantos consejos. Utilizo la palabra paradigma con toda intención porque, para mi vergüenza de medievalista y admirador del personaje, supe de esta historia a través de Thomas S. Kuhn y su inspirador libro La estructura de las revoluciones científicas.
[3] Aunque estén enterrados en la catedral de Colonia. Ahí los cazadores de reliquias hispanos llegaron tarde.
[4] En algún lugar he dejado claro que tengo mucho aprecio a este santo. Espero que no tengáis en cuenta mis veleidades monárquico – religiosas de hoy...
[5] Los datos proceden de Laura Garófano: “Polémica en Cádiz por una felicitación navideña de Vox con los tres Reyes Magos blancos”, El Mundo, 11/12/19.
[6] La tradición cristiana es una enorme fuente de problemas para su teología. Más allá de los milagros o las apariciones, plantearé uno muy sencillo que fue el que me llevó al ateísmo al día siguiente de recibir el sacramento de la confirmación: si la Virgen subió al Cielo en cuerpo y alma y el Cielo está más allá del tiempo y del espacio, ¿dónde corchos está la Virgen con su cuerpo que ocupa un espacio por delgada que estuviera? No estoy seguro de no haber contado ya esto, si es así perdonadme, son los efectos de la senectud. Es que fue uno de los días más importantes de mi vida...
[7] Por cierto que Don Federico se ha confesado recientemente votante arrepentido de VOX. Ahora dice que son una secta.
[8] Cuando vivía en Escocia las cartas del banco me anteponían el tratamiento de Esquire, que significa escudero, no sé si por razones de edad. Mira por dónde, me halagaba que no utilizasen el anodino Sir...
[9] Sé que Cayetana estudió Historia pero fue discípula del plomizo John Elliott.
[10] Ha habido protestas. No porque sea español y negro sino porque lo encarnan jóvenes blancos con la cara pintada de negro. Se hizo una gran encuesta y el resultado fue que la mayoría estaba de acuerdo con la representación tradicional. También han aparecido llorones de ese tipo contra la cabalgata de Alcoy. El hecho de que en sus reivindicaciones usaran el extranjerismo blackfacing da claramente a entender que intentaban importar un problema inexistente. Coño, que todos los niños queríamos al rey negro, ¿tan difícil es de entender?
[11]
Sé que Abascal es analfabeto funcional por confesión propia, pero no dejo de preguntarme si existirá algún tipo de conexión entre el nombre VOX y el de REX de Leon Degrelle, que no en vano empezó su segunda vida en la playa de La Concha. (En este caso quizá fuera más apropiado decir de la concha de tu madre, a la argentina).

martes, 3 de diciembre de 2019

LOS HIJOS DEL CABO PIRIS



 Un día de febrero de 1975 el agente de la Policía Local, el cabo Piris, hacía la ronda por la calle Moret, cuando, según contó él, vio a muchachos del colegio San Antonio arremolinados ante el escaparate de la librería Figueroa. El agente dijo que los adolescentes estaban haciendo comentarios obscenos viendo la imagen de una mujer desnuda. Ni corto ni perezoso, el cabo entró en la librería y le dijo a la propietaria, a Charete García Figueroa, que retirara inmediatamente la imagen de la mujer desnuda. Poco le importó que le dijera que era la reproducción de una obra de arte, de La Maja Desnuda que pintó Francisco de Goya y Lucientes. Para Piris era indecente y había que retirarla, sin más[1].

Dos noticias. En un comedor de la Universidad de Cambridge han retirado un cuadro porque ofendía a los herbívoros y los soberanistas catalanes han rechazado airadamente la sugerencia de instalar una sede del Museo del Prado en Barcelona justo aquí al ladito de mi casa por “colonialista”.

Lo importante
Resulta que de una pared del comedor de Hughes Hall, un college de la Universidad de Cambridge, cuelga una pintura de Jan Snyders titulada “El mercado de aves”, que presenta animales muertos retratados con tal exactitud que a algunos estudiantes se les atragantaba el brócoli[2].
Jan Snyders era un pintor de Amberes especializado en lo que hoy llamamos bodegones o naturalezas muertas con muy buena mano para pintar animales. Entonces ese tipo de pintura se consideraba un género menor, la ambición de un pintor debía ser llegar a retratista o pintor de escenas históricas laicas o religiosas[3]. Sin embargo Snyders supo convertir su debilidad en fortaleza cual si hubiera leído libros de autoayuda y encontrar su nicho de mercado, expresión magnífica que trasluce que hoy por hoy el mercado es un cementerio. Artistas de la talla de Rubens, Van Dyck o Jordaens le contrataban para que pintase los bodegones y animales de sus cuadros. Si le confiaban a ojos cerrados lo que ellos iban a firmar es evidente que era bueno pero seguro que él nunca pensó que tanto como para escandalizar a unos niñatos que se han criado viendo miles de muertes humanas reales y de ficción[4].

Esta noticia tiene tantas implicaciones que sobre ella se podrían escribir varias tesis doctorales.
Hace medio siglo se debatía mucho sobre el papel del artista en la sociedad. Las vanguardias artísticas entienden que la función del arte es sacudir las conciencias. El arte ha de ser incómodo, molesto. Lo curioso es que cuando estas teorías comenzaron a tomar forma en el siglo XIX la meta de los artistas era escandalizar a los burgueses pero los burgueses les siguieron el juego. Literalmente pagaban para que les insultasen, aunque utilizando una palabra más fina que ha pasado a todos los idiomas y que en castellano se dice epatar. Probablemente el último representante de esta corriente fuera Piero Manzoni, un auténtico genio muerto en 1963 antes de cumplir los treinta. No extraña que por entonces los situacionistas decretaran la muerte del arte[5].
Si se sigue esta línea de razonamiento, el arte oficial, el sancionado como bueno por los críticos de cada época, se podría dividir entre el que halaga a los poderosos y el que los cuestiona y la línea temporal coincidiría con el nacimiento de la burguesía. Existiría entonces un arte al servicio de la aristocracia laica o eclesiástica que se haría contestatario precisamente gracias a la aparición del capitalismo, pero las cosas no son tan sencillas. El arte no es sencillo, al menos el bueno.


Tomemos a Caravaggio, que siempre trabajó por encargo de los poderosos. Un día se divierte pintando un efecto maravilloso, una cesta de frutas que parece sobresalir del cuadro. Es un ejercicio de pericia técnica, hasta que decide incluirlo en una escena evangélica. Ahí consigue que la atención no la atraiga El Sandalias sino la cesta con su fruta madura, lo que crea una tensión enorme. No hoy, claro, que las audioguías te explican hacia dónde debes mirar y lo que debes sentir. Si está en la explicación lo ves y lo entiendes y tal y si no a por el siguiente... Podríamos hablar de sus maravillosas carnaciones, cómo en un mismo cuadro conviven la piel joven, la piel vieja y la que está entre medio, que ni siquiera tiene nombre. Sí, una muestra de bravura pictórica, pero también una muestra de desasosiego para quienes lo encargaron y que comprobaban que la atención no se dirigía a la lección piadosa sino hacia una sensación que podría haber estado en un cuadro que representara a hotentotes. O cuestiones de composición, como colocar a un ángel cabeza abajo o patas arriba pintado con tal realismo que acapara él sólo toda la escena y maldito el mensaje que se quería transmitir. O permitirse chistes de calibre tan grueso como pintar a la virgen o santa protagonista con la traza de la prostituta favorita del eclesiástico que encargaba el cuadro.
Es sabido que en la sillería de coro de las catedrales góticas es muy distinto lo que se contempla cuando la silla está bajada que cuando observamos el dorso. Pero ambos casos podrían entenderse como desahogos temporales, válvulas de escape que permiten la perpetuación del sistema[6].
En suma, habría un arte acomodaticio para el Poder, con las salvedades correspondientes para los Caravaggios de cada época y un arte abiertamente contestatario tolerado e incluso alentado por un Poder posterior que expiaba su mala conciencia[7].

En realidad esto es lo que me hace reír.
Cambridge era el refugio de la aristocracia que luego se abrió a la burguesía siguiendo el conocido esquema de yo tengo títulos, tú tienes dinero, casemos a nuestros hijos y tendremos lo mejor de los dos mundos. Si los estudiantes se sienten más nobles que burgueses deberían admirar el cuadro por lo que tiene de reafirmación de su condición. Si burgueses, de lo que encierra de desafío a la norma establecida.
En cualquier caso, un triunfo rotundo para Snyders que les revuelve el estómago, aunque no lo entenderán por mucho que se lo expliquemos...

Lo que cuelga
Respecto a la última de los supremacistas xenófobos no hay mucho que comentar y tampoco puede ser en orden porque es una cualidad de la que carecen. Por ejemplo, en el Museo del Prado se conservan cuadros de Snyder. Hay quien apunta que la abundancia de comida que desplegaba en sus lienzos era propaganda velada de la monarquía española, que querría mostrar así la riqueza en la que vivían los territorios flamencos administrados por ella frente a la rancia austeridad de los calvinistas holandeses. En ese caso podrían alinearse con los estudiantes mascahierbas de Cambridge. El problema es que la esencia catalana reside en lugares como Vic u Olot que basan su prosperidad en la industria cárnica. Una industria de productos del cerdo que utiliza sobre todo mano de obra musulmana practicante por la cuestión de los salarios...
En fin, sobre los independentistas cabe decir que sin juzgar lo que parezcan vistos de uno en uno[8], colectivamente parecen imbéciles. Y ya se sabe, si parece un pato...




[1] Sergio Lorenzo: “El cachondeo de La Maja Desnuda y el cabo Piris”, Hoy, 26/03/17. Sucedió en Cáceres. Por una vez no he respetado las negritas porque me ha parecido que no apuntaban pistas de ninguna clase y tampoco daré más referencias periodísticas porque me han parecido especialmente bárbaras, como decir que Jan Snyders era un pintor inglés.
[2] El título que lleva es The Fowl Market, que vendría a ser un mercado de aves “descatalogadas” (machos demasiado viejos o enfermos o hembras que ya no ponen) que se transportaban allí vivas y se iban sacrificando en el propio mercado a medida de las necesidades. La mayoría de títulos de los cuadros que conocemos se han dado en época reciente porque en los inventarios antiguos simplemente se describía el contenido. Los contemporáneos de Velázquez se habrían escandalizado de saber que hoy llamamos Las meninas a lo que ellos hubieran llamado La familia de Felipe IV. En su mente no cabía que habiendo personajes de la realeza en un cuadro se le diese el nombre de unos criados. Cuando estudiaba tercero de carrera leí un artículo largo y bien argumentado escrito por un profesor universitario que dejaba claro que La vieja friendo huevos de Velázquez en realidad no los freía sino que hacía otra preparación con ellos que ya no recuerdo porque han pasado muchos años...
[3] Carlos III recibió como regalo una osa hormiguera traída de América y ordenó a su pintor de cámara Mengs que la retratara. Hoy los críticos de arte sospechan que el verdadero autor del retrato de la osa fue uno de los discípulos de Mengs, un tal Francisco de Goya.


[4] Heinrich Himmler acudió a una corrida de toros y le pareció un espectáculo tan cruel que se mareó y abandonó la plaza antes de que terminara el espectáculo. Hay por ahí una Regla de Goodwill o Godwill o Goodwin o Godwin que dice que el primero que en una discusión saca a relucir el nazismo pierde. Me importa tanto que aprovecho para decir aquí que Hitler era vegetariano.
[5] Sus epígonos Christo y Jeanne – Claude han sido expertos insuperables en lo de desplumar a recién llegados al mundo de la riqueza pero lo cierto es que vivieron treinta años de explotar el mismo concepto, a diferencia de Manzoni que no dejaba de discurrir...
[6] El concepto de válvula de escape es medieval, basado en los agujeros tapados por cuñas de los toneles de vino. De vez en cuando se retiraban para que escapasen los gases y alejar así el riesgo de explosión.
[7] En la ciudad donde me crié muchas obras de caridad de fines del XIX y principios del XX estaban financiadas por hijas de negreros.
[8] Se cuenta que a Churchill le preguntaron qué opinaba de los franceses y respondió no sé, no los conozco a todos. A Churchill se le atribuyen miles de anécdotas y si esta es cierta no me duele reconocer que aquel día estuvo inspirado, pese a lo que me repele el personaje.