viernes, 28 de octubre de 2016

¿LA DERROTA FINAL?


 Algunos escriben que a Felipe González y Juan Luis Cebrián no les han dejado hablar en la Universidad Autónoma de Madrid. La mejor crónica es sin duda la de El País. No en vano, veinticuatro horas después aún figuraba la primera entre las noticias más leídas[1].
El arranque lo dice todo: “Alrededor de 200 violentos, gran parte de los cuales ocultaban su rostro con caretas y capuchas”... En fin, si nos guiamos por la foto que acompaña al artículo, los cinco que llevan capuchas ocultan su cocorota, no su rostro, claramente visible porque son las capuchas de sus sudaderas. No son capuchas modelo terrorista con sus tres agujeritos, dos para los ojos y uno para la boca. Las caretas sí lo ocultan, claro, pero es que su finalidad no es el enmascaramiento sino la representación de una persona distinta a quien la lleva. Y esto es así al menos desde la Grecia Antigua[2].
(Y aquí viene la nota chusca. “La decana Olivas” dice que “les rogué que en la misma medida que yo acudía con la cara destapada ellos también se quitaran las caretas. No accedieron. Entendí rápidamente que su ánimo no era de diálogo sino de franca y abierta confrontación” y Manuela Carmena ha dicho “Me preocupa muchísimo por qué uno se pone capucha, careta”. “Eso es cerrarse a la empatía, a la capacidad de mediación, a que el otro ni siquiera te pueda mirar. Me parece terrible”.
Todo muy razonable. Si no fuera porque en el párrafo anterior se nos informa de que “Las autoridades universitarias ya han expresado su condena y han abierto una investigación para intentar identificar a los cientos de personas que impidieron el desarrollo del acto al bloquear las entradas”. Decisión a la que no será ajena la decana Olivas, supongo. Y es que no están los tiempos para descuidarse. Uno puede acabar en la cárcel por cosas así. De hecho por bastante menos, como veremos[3]...)
Del resto del artículo citaré unos párrafos más que vienen a cuento con lo que voy a tratar. Quien quiera leerlo entero lo tiene fácil. Salvo que lo hayan actualizado y no se parezca en absoluto al que yo he leído, que tampoco es una posibilidad despreciable[4]. Dice o decía que “La manifestación ha sido convocada por la autodenominada Federación Estudiantil Libertaria (FEL), a través de un pasquín” (...) “Hasta la facultad ha llegado un autobús cuyos ocupantes se han unido a varias decenas de jóvenes, muchos ya enmascarados, que procedían de la facultad de Psicología” (...) “Antonio Rovira, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de Madrid y director del Máster en Gobernanza y Derechos Humanos” ha dicho que “Había otra posibilidad, que era recurrir a la fuerza y despejar el camino, pero eso en eso tiene que ser muy excepcional en el ámbito universitario, cuando no hay otra salida” (...) “Los participantes vienen de fuera, no son de esta facultad”.
(Antes de entrar en materia, dos apuntes rápidos. ¿Cómo se puede ser catedrático y director de un Máster y hablar tan mal? El otro es un clásico “cañí”: Cuando en un pueblo sin tradición criminal reciente se produce un asesinato, la primera reacción de los vecinos, con el alcalde a su cabeza, es decir que los autores “no son del pueblo”. Por desgracia para los que dicen tales cosas, en el noventa por ciento de los casos sí lo son... Sin olvidar la pregunta tonta: si no son de la facultad, ¿para qué abren una investigación? Es evidente que no van a identificar a nadie).
La verdad es que el hecho de que estos dos fantasmas del pasado no se hayan atrevido a entrar donde se suponía que iban a soltar su perorata me importa más bien poco. Pueden hablar y recibir atención siempre que les venga en gana, ya sea en casa o en cualquier otro medio. Ellos no tienen que romper lunas de sucursales bancarias para recibir quince segundos de atención en el telediario. Sí me importa más el trasfondo del artículo, que tenía como objetivo final atacar a Podemos.
Sí, lo sé, estoy aburrido de escribir y vosotros de leer , que El País no desperdicia ocasión de atacar a Podemos, pero es que esta vez, como diría el participante medio de un programa de televisión exitoso, es muy fuerte... Sucede que el diario que en otro tiempo fue de referencia acusa a Podemos de haber organizado los disturbios que nunca fueron.
Según El País, convocó al acto la Federación de Estudiantes Libertarios. Casi lo que más me gusta es que lo hiciera a través de un pasquín, un medio sedicioso que tiene acreditados por lo menos trescientos cincuenta años de antigüedad. Menudos fósiles, con lo fácil que hubiera sido enviar una nota a El País o la Cadena SER... Y aquí surge una primera dificultad. Es cierto que la FEL convocó al acto, pero ha dejado claro que no fue la única convocante sino una más entre varias organizaciones, pero pasaremos por alto este punto. Para el diario fueron ellos. El problema es que si se trata de una organización anarquista malamente se va a dejar manejar por un partido que se rige por un principio de estricta autoridad. Y aquí encaja la fórmula autodenominada. El material humano que recolecta últimamente este periódico es tan defectuoso que no se da cuenta de que, salvo el nombre con el que tus padres te inscriben en el Registro Civil, el resto de nombres que alguien elige en su vida son siempre autodenominaciones. El País, PRISA o el PSOE no tenían existencia hasta que decidieron autodenominarse así. Sí, nada impide que yo me autodenomine Rey de España, pero hace falta que después se me reconozca como tal. Cuando se creó la Federación Estudiantil Libertaria, que fue hace poco, no recuerdo ningún artículo en El País denunciando que era un instrumento de Podemos para Dios sabe qué diabólicos fines... Simplemente la ignoraron o ni siquiera tuvieron conocimiento de su existencia. Pero el uso de la palabra es bien claro, se trata de presentar a la FEL como un instrumento que Pablo Iglesias maneja desde las bambalinas cual Fu-Manchú.
Dentro de esta estrategia pueril entra en juego el autobús. El acto (casi) tuvo lugar en la Universidad Autónoma, mientras que los matones de Iglesias son alumnos de la Complutense, así que hace falta transportarlos desde su guarida. Y lo de la facultad de Psicología se me escapa pero seguro que para alguien que esté al tanto de los navajazos del submundo universitario madrileño será una prueba más que apunta hacia el mismo lugar. Y es esta  insistencia en apuntar hacia Podemos en general y Pablo Iglesias en particular la que me deprime. Intentaré explicarme.

Sucede que el espacio se estrecha. Sí, de acuerdo que es necesario simplificar la realidad para poder entenderla, pero de ahí a deducir que cualquier cosa no ya mínimamente crítica sino más allá de PP, PSOE o Ciudadanos tiene que estar manejada por Podemos, en fin...
Pero esa es la conclusión, fuera del Parlamento no hay vida. Si hay alguien más allá de Podemos solo sabremos de su existencia cuando sea detenido y puesto a disposición del juez. Y aquí no hay mucho lugar para la sutileza. Se ha acusado y encarcelado preventivamente a gente por tener una camiseta, un libro que se vende en librerías de forma legal o utilizar un servidor de correo encriptado. Se ha acusado a tres grupos diferentes de haber colocado el mismo petardo en la Basílica del Pilar o a un grupo de atacar cajeros automáticos sin necesidad de explicar cuáles, dónde, ni cuándo. Luego la mayoría han salido, porque aquello no se aguantaba por ningún lado, pero mientras tanto se han “comido” una buena temporada en prisión[5]. Basta revisar los resultados prácticos de las diversas operaciones Pandora...
Y sin embargo, esos que nos movemos en esa franja lunática que se sitúa más allá de Podemos hemos entrado al trapo. He leído en páginas libertarias análisis sobre el “golpe de estado” de los barones del PSOE contra Pedro Sánchez. Y Dios me libre de esconderme, yo también barajé escribir sobre el asunto, pero es que es difícil resistir a tanta unanimidad como flota sobre el ambiente mediático.
En este caso solo hay que detenerse a reflexionar un momento. Observar al demonio bolivariano en su esplendor. Ver cómo Madrid, Barcelona, Zaragoza, Cádiz o Zamora se han convertido en los referentes de la contestación mundial y cómo el capitalismo huye de ellas espantado... Si no son capaces de asimilar esto es que la cosa está realmente mal.

Por supuesto, la pregunta es retórica. No creo que estemos ante la derrota final. Creo que estamos en un momento en el que se están delimitando los campos y depende de nuestra inteligencia y determinación el poder convertir el futuro negro que nos aguarda en algo que, al menos, parezca gris pálido...
Ya nos hemos anotado una victoria simbólica, y en una época que vive de símbolos tampoco es un logro despreciable. Hace quince años, diez, incluso cinco, a los portavoces del caos que nos gobierna se les llenaba la boca diciendo que la única democracia era la que no tenía adjetivos. Era un ataque contra una forma de democracia claramente más avanzada la democracia directa pero que se sustentaba apelando a formas regresivas y, de hecho, ya inexistentes entonces la “democracia orgánica” de Franco o las “democracias populares” del antiguo Bloque del Este[6] . Sucede que últimamente la democracia directa va ganando su lugar, aunque sea bajo la modesta fórmula de un referéndum muy de vez en cuando, y ese avance palpable les ha obligado a adjetivar a la suya, que era la buena precisamente por estar libre de adjetivos. Ahora es la democracia representativa. Claramente la única verdadera, pero que ahora se bate en igualdad de condiciones lingüísticas con la otra, con la mala y peligrosa.
Algo es algo.





[1] Miquel Alberola: “Un grupo de violentos impide una conferencia en la Universidad Autónoma de Madrid”, El País, 19/10/16. Para un relato más coherente con lo que se sabe y se puede ver en las imágenes difundidas recomiendo leer a Javier González: “Por qué protesté contra González y Cebrián”, publicado en CTXT y reproducido en Público el 21/10/16. Por supuesto, Javier González es el seudónimo de un estudiante que, juiciosamente, no quiere utilizar su nombre real por miedo a represalias académicas. Es que esto de la libertad de expresión va por barrios...
[2] Las caretas representaban a víctimas de los GAL elegidas cuidadosamente. Salvo Lasa, que figuraba como símbolo por haber sido la primera, el resto eran víctimas “civiles”, es decir, gente que no tenía la menor relación con ETA, que hubo unas cuantas. El otro día Felipe González que está perdiendo facultades , habló de más sobre el tema en la emisora de su amigo Cebrián, aunque la entrevistadora fingió sordera repentina.
[3] J. J. Mateo y J. Casqueiro: “Condena generalizada al boicot a Felipe González en la Universidad Autónoma”, El País, 20/10/16.
[4] Una anécdota. Recientemente la policía francesa ha encontrado un depósito de armas de ETA de tamaño considerable y coincidió que El País y Público utilizaron la misma fotografía para ilustrar la noticia. Aparecían unos enmascarados vestidos de negro, que llevaban varios objetos, atravesando una zona boscosa. Uno parecía claramente un detector de metales pero otro de ellos, según cómo se mirase, podía parecer una pala o también un RPG7, arma antitanque que se sabe que ETA poseía. El pie de foto de El País decía “Guardias civiles, camino del desmantelamiento de un zulo/ GUARDIA CIVIL” y el de Público “Supuestos miembros De ETA inspeccionan la zona del Caserío de Legorreta/ REUTERS”. Sospecho que esta vez tenía razón El País, porque horas después la foto del artículo de Público era otra. Un signo de los tiempos. Alguna página de Internet incluye fe de erratas cuando rectifica un error, pero son las menos. El otro signo es que a simple vista no se pueda distinguir a un guardia civil de un etarra, pero esto daría para mucho...
[5] Cuando te encarcelan sin razón, un día ya es demasiado. Los que lo han sufrido dirán que ojalá hubiera sido un día...
[6] Aquí es curioso comprobar cómo “el fuerte siempre tiene razón”. Echan pestes de Venezuela pero no ahorran alabanzas a la tiranía china que compra su deuda pública, con Rajoy de campeón indiscutible de las alabanzas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario