martes, 13 de junio de 2017

DE TAL PALO, TAL ASTILLA

Leyendo un libro que me han regalado, encuentro un párrafo muy interesante:

“Por otro lado, para crear el deseado clima de alarma social, los medios no dudaban a la hora de publicar con todo detalle los comunicados policiales, comunicados que sin pudor inculpaban a todos los detenidos de las mismas acciones. Así, si el 7 de febrero de 1978 La Vanguardia atribuía al grupo autónomo desmantelado días antes el atraco en el Mercado Central del Pescado de Barcelona efectuado el 13 de octubre del año anterior, este mismo atraco era atribuido el 28 de febrero de 1979, también por La Vanguardia, a otro grupo desarticulado aquellos días. Y con el mismo motivo, crecía desmesuradamente el botín resultante del atraco. El 7 de febrero de 1978 se comunicaba que el botín había sido de 1.700.000 pesetas (unos diez mil euros), y un año más tarde, el 28 de febrero de 1979, había aumentado hasta los diez millones de pesetas (unos sesenta mil euros), según el mismo diario: La Vanguardia[1].

Hoy, casi cuarenta años después, esta forma de proceder suena familiar a los que siguen la actualidad. Ya he perdido la cuenta de a cuántos grupos se ha acusado de colocar el petardo que explotó en la Basílica del Pilar de Zaragoza. Al final le tocó la china a un matrimonio de anarquistas chilenos, Mónica y Francisco, condenados en 2016 a doce años de prisión en un proceso tan surrealista que este año, tras las sucesivas apelaciones y rebajas posteriores, les acabaron ofreciendo la expulsión de España que, obviamente, aceptaron.
Ahora ya no hay apenas atracos, se han quedado anticuados. Los propios directivos se bastan y se sobran para descapitalizar bancos y cajas. No obstante, el proceso inflacionario se aplica a los daños producidos durante las manifestaciones combativas. (Que tampoco abundan demasiado hoy, todo hay que decirlo). Decenas de miles de euros en daños por media docena de papeleras quemadas. Si no lo hubiera visto con mis propios ojos[2]...

En aquella época Rodolfo Martín Villa era el Ministro del Interior, con mando completo sobre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. En 1977, cuando ocupaba el mismo cargo pero aún era Ministro de la Gobernación y mandaba sobre las Fuerzas de Orden Público[3] (FOP) declaró que en ningún caso se iba a proceder a ninguna purga o depuración en las FOP.
No es extraño que los buenos alumnos imiten a sus respetados maestros.
En descargo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hay que decir que tampoco parece que en la prensa se haya producido purga alguna.





[1] Joni D: Grupos Autónomos. Una crónica armada de la Transacción democrática, El Lokal, Barcelona, (2014), p. 176.
[2] Cierta huelga general de setiembre del 2009 en Barcelona. Por lo que pueda pasar, dejo claro aquí que salí de casa sin lumbre.
[3] Un acierto no haber variado las denominaciones franquistas en ambos casos, como ahora se verá...

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