Spelunca
vispillonum facta est Ecclesia
(La Iglesia se
ha convertido en una cueva de ladrones)
Carmina Burana
(hacia 1100)
Cinto Busquet,
párroco de Calella, ha hecho unas declaraciones a Radio Calella TV sobre el
último ― penúltimo ―
antepenúltimo ― quiénsabeconlavelocidadalaquevanemergiendo
caso de pederastia de la iglesia católica, esta vez en Montserrat. Hablando de
la víctima dice que “no parecía muy abusado” y luego lo arregla: “No
estoy diciendo que no hubiera nada, pero que en este momento, a 25 años de
distancia, que saque esto contra Montserrat...
No quiero ir más allá pero en el momento del proceso político que
vivimos y todo lo que los medios han dicho de Montserrat para descalificar
Montserrat sabiendo lo que representa en el imaginario catalán... a mi eso
me huele a chamuscado”[1].
En fin, ¿por
dónde empezar? Lo de que no parecía muy abusado es ya un lugar común cuando no
se sabe qué decir para defender lo que no tiene defensa. Nuestra Czeslawa Kwoka
tampoco parecía muy abusada en su gloriosa foto de Auschwitz. Esta
subnormalidad ya nos va dando una idea de la talla del personaje. Habrá que
explicarle alguna cosa...
No es que se
saque en este momento. Testimonios hay de sobra de que se sacó en otros
momentos pero no se le dio curso precisamente porque afectaba a Montserrat.
Pero es lo que tiene la inmediatez de nuestra sociedad, en el momento en que
los abusos de los clérigos pederastas conquistan la primera página aquellos que
no consiguieron satisfacción hace un cuarto de siglo intentan conseguirla
retrospectivamente, aunque sólo sea para dejar claro que ellos son los
ofendidos y no los ofensores, como pretende este sepulcro blanqueado.
Lo del mito de
Montserrat es muy bueno. Ya lo escribí el año pasado pero no me cansaré de
repetirlo cuantas veces sea necesario: los monjes de Montserrat cantaban a su
dios en latín y en castellano, nunca en catalán, porque no consideraban que el
catalán tuviese suficiente altura. No es de extrañar, en un lado estaba
Francisco de Quevedo y en el otro el rector de Vallfogona[2]...
Él mismo da la
clave cuando habla del “imaginario catalán” porque si algo es, es eso,
imaginario.
Reconozco que no
sé si se ha tratado la cuestión para el asunto catalán, tampoco me interesa
tanto, pero sí se caracterizó en tiempos al abertzalismo como una religión
de sustitución[3].
En lugares donde la religión tenía un peso importante[4],
el proceso de secularización lleva a que los modos de creer y hacer de la fe
religiosa tradicional se trasplanten tal cuales a una ideología. En algunos
casos hacia alguna variante del marxismo[5]
pero más comúnmente hacia el nacionalismo. En el caso vasco, el cura
Evangelista de Ibero hasta llegó a escribir un catecismo patriótico vasco.
Lo que se ve
aquí ahora recuerda más a una secta milenarista que a una religión organizada.
Bien milenarista es esa creencia en que tras el cataclismo los justos
establecerán un paraíso en la tierra y eso aquí se ha dado y se da mucho, a
veces en grados que asustan[6].
Y por supuesto, la fe ciega y la adoración inquebrantable, sin matices ni
medias tintas. Ponía los pelos de punta, ― la
gallina de piel, que diría el seleccionador nacional de Cataluña Johan Cruyff ―,
escuchar a la que fue seleccionadora española de natación sincronizada (y
acusada de diversos maltratos psicológicos por un buen número de las nadadoras)
gritando como una posesa ¡Puigdemont es nuestro líder y nuestro presidente!
Claro que en su caso fue recompensada con un puesto en la candidatura de su
bienamado líder y ahora vive de calentar el escaño...
Fe ciega y
sorda, aunque no muda. Recuerdo al embustero Ferran Mascarell diciendo en la
SER que si en algo se habían puesto de acuerdo los partidos era en la
celebración de un referéndum. Yo recordaba aquello de que lo del referéndum era
una pantalla pasada, que dijo Mas, y lo de la declaración unilateral de
independencia en dieciocho meses y cómo aquello del referéndum fue una
imposición de la CUP que se tragaron como si se tratara de un molesto
purgatorio porque sin sus votos no había Puigdemont[7].
Claro que el o la periodista no dijo nada, no sé si por no contrariar a un
antiguo colaborador de la SER, porque no sabía de qué hablaba o porque le daba
todo igual[8].
Adorar al santo
por la peana y a mí con eso, que te conocí cerezo: santos de quita y pon
Las religiones
como tales y las de sustitución se nutren de aquellas de las que proceden. La
iglesia cristiana, que se asentó en Roma, heredó de la religión romana el
politeísmo. Pero, ¿cómo conjugar una religión de un solo dios con la
multiplicidad de dioses de los romanos? Pues a través de una solución de
circunstancias que creo que nunca nadie ha explicado de forma más brillante que
Alfonso de Valdés:
Mirad cómo
habemos repartido entre nuestros santos los oficios que tenían los dioses de
los gentiles. En lugar de dios Mars, han sucedido Sanctiago y Sanct Jorge; en
lugar de Neptuno, Sanct Elmo; en lugar de Baco, Sanct Martín, en lugar de Eolo,
Sancta Bárbola; en lugar de Venus, la Madalena. El cargo de Esculapio habemos
repartido entre muchos: Sanct Cosme y Sanct Damián tienen cargo de las
enfermedades comunes; Sanct Roque y Sanct Sebastián de la pestilencia; Sancta
Lucía de los ojos; Sancta Polonia de los dientes; Sancta Águeda de las tetas; y
por otra parte, Sanct Antonio y Sanct Aloy, de las bestias; Sanct Simón y
Judas, de los falsos testimonios; Sanct Blas, de los que esternudan[9].
Alfonso Valdés
escribía en el puro momento en que Europa se dividía entre católicos y
protestantes y en la cuestión de la santidad, fue la iglesia católica la que heredó
la costumbre. La mayoría hemos conocido a un papa que nombraba santos por
docenas, especialmente si habían muerto a manos de los rojos, y
él mismo fue elevado a la santidad a tal velocidad que, perdón por el chiste
malo, más que canonizado fue cañonizado.
En este punto,
la Santa Iglesia Catalana no podía ser menos y si había un santo por excelencia
era Josep Lluís Trapero, el Mayor de los Mossos[10].
Su canonización en vida no pudo ser más chusca. En un momento en el que daban
por sentado que Cataluña estaba a punto de codearse con las naciones europeas
en pie de igualdad, aprovecharon los atentados de Las Ramblas de Barcelona y
Cambrils para colocar un discurso. Una historia de eficiencia y buen hacer ―
que es lo que ellos en su visión paleta
dan por sentado que es Europa ― que
en la cima de la pirámide debía tener por fuerza al jefe de la policía. Que
había pocos mimbres para hacer un cesto quedaba claro sólo con escucharle, por
eso se dice que la fe es ciega. Sorda en este caso.
Sucede que a
Trapero le acusan de diversos delitos en una causa distinta de la que se
ventila ahora y ha acudido a declarar como testigo en esta aunque parece ser
que no estaba obligado, pero el hombre ha decidido acudir a dejar un testimonio
que le pueda ayudar para la que se le avecina.
Muy comprensible
en un humano pero no tanto en un santo. ¿Acaso no ha leído las vidas de los
mártires? Lo suyo sería que Trapero se inmolase ante el altar de la injusticia
y sin embargo, ahí está, buscándose una coartada para lo suyo. Es todo tan
terrenal...
Así que ha
tenido que salir una observadora a desvestir al santo. La antigua diputada de
la CUP Mireia Boya ha escrito: “Bien, acaba de caer el héroe de Cataluña[11]”.
Esto es de
reseñar. La iglesia católica, tan pródiga en hacer santos, es muy reacia a
retirar la santidad. No lo hace por mal comportamiento sino sólo cuando tiene
indicios de que el santo no ha existido. Creo que no llegan a una docena
aquellos privados del título: Cristóbal, Dominguito del Val y pocos más...
Pero en la
iglesia catalana va todo muy rápido y eso tiene una parte buena y otra mala. La
mala es caer, como refleja el vocabulario bíblico de Boya, precipitarse a los
infiernos. Pero la buena es la posibilidad de redención. Quién sabe si Trapero
no ha caído en el infierno sino en el purgatorio y se puede redimir otra vez
soltándole al juez aquello de pos bueno, pos fale, pos malegro[12].
[1]
ACN: “Un cura de Calella relaciona con el ‘procés’ las denuncias de abusos
contra un monje de Montserrat”, El Periódico, 15/03/19 (una vez más,
respeto las negritas). Parece evidente que el cura hizo sus
declaraciones en catalán y las han traducido de forma descuidada. Es curioso
porque El Periódico comete errores en ambos sentidos: las traducciones
al castellano están llenas de “catalanadas” y las traducciones al catalán de
“castellanadas”, Lo de “huele a chamuscado” es para enmarcar. Más sutil es lo
de “descalificar Montserrat”, donde los castellanohablantes notamos la falta de
la preposición a. Javier Sardá contó la ocasión en que un exaltado/a
(creo que era mujer pero no estoy seguro, ya hace tiempo) le gritó “No estimes
a Catalunya!”. La traducción literal del exabrupto sería “¡No amas en
Cataluña!”
[2] A
aquel que quiso retirar a Quevedo y al pobre Machado (que no se libra de
ninguna últimamente) del callejero de Sabadell, un tal Josep Abad, habría que
explicarle que los libreros catalanes de su época se hicieron ricos con
ediciones piratas de las obras de Quevedo. Viendo el nivel supongo que habrá
que explicárselo despacito y con vídeos de apoyo...
[3]
Guardo un recuerdo muy grato de El escudo de Arquíloco de Juan Aranzadi.
Publicado en 2001, momento de gran exaltación, algún imbécil incurable lo
calificó de equidistante, probablemente la primera vez que aparecía el palabro
con ese sentido.
[4]
Los vasquistas decían “euskaldun, fededun”, O sea, creyente. Sabino Arana decía
“Vizcaya para Euzkadi y Euzkadi para Dios”.
[5] El
FRAP, por ejemplo, parecía funcionar como una secta, con una fe ilimitada en su
irrisoria fuerza y sus notas de adoración hacia la pareja que regía el grupo:
Raúl Marco y Elena Odena, que ni siquiera se llamaban así.
[6] Es
un poco difícil precisar el momento porque en este camino de salvación las
etapas se han quemado con mucha rapidez pero creo que fue cuando la doctrina
oficial predicaba la declaración unilateral de independencia dieciocho meses
después de las penúltimas elecciones autonómicas, cuando Rufián dijo aquello de
dieciocho meses en el Congreso de los Diputados y ni un día más que tan
rápido ha olvidado. Un señor contaba que en su comunidad de vecinos se debatía
sobre la instalación de un ascensor para aprovechar que en ese momento estaba
subvencionada al 50% y un vecino dijo “yo creo que deberíamos esperar porque
con la República seguro que nos dan el 100%”.
[7]
Aparte de poco amigo de la verdad, el que fuera Conseller de Cultura
habla un catalán pésimo, hasta yo detecto sus coces al diccionario. Una amiga
coincidió con él en un festejo y le dijo “soy filóloga catalana, si quieres te
doy clases” y Mascarell perdió los
estribos.
[8] No
anoté la referencia pero tampoco debe ser difícil de encontrar si no la han
reescrito: el año pasado Teresa Rodríguez hablaba con una periodista y le decía
que tenía miedo de que al ser el 2019 un año bisiesto su hijo naciera el 29 de
febrero y la periodista no dijo nada. ¿Un año bisiesto impar? Luego se
extrañarán de que la prensa y la política tengan la credibilidad en el
sótano...
[9]
Alfonso de Valdés: Diálogo de las cosas acaecidas en Roma. Cátedra,
Madrid, (2007, 5ª ed.) pp. 216 – 217. Este texto, escrito para exculpar de
responsabilidad a su patrón Carlos V en el Saqueo de Roma, está teñido de un
franco escepticismo, probablemente en el grado máximo al que se podía llegar en
un texto firmado. Invito a leerlo. Sus críticas sobre el culto a las reliquias,
entonces en pleno auge, o la podredumbre moral del clero son una delicia, tanto
por lo que dice como por la manera tan elegante de decirlo.
[10]
Ahora dice que se llama José Luis y eso me recuerda una anécdota: cuando Manuel
Valls era primer ministro de Francia, TV3, Catalunya Ràdio y demás le llamaban
Manel. A partir de un lío que hubo con un campamento de gitanos que hoy ya
queda muy lejos le castigaron llamándole Manuel. De un día para otro había
pasado de catalán ejemplar a español infecto. Así van aquí las cosas...
[11]
“Bé, acaba de caure l’heroi de Catalunya”. Ya que estamos con el catalán, un
par de curiosidades. En catalán loca se dice boja. El masculino boig da el
plural bojos. Los Boixos Nois se llaman así porque un periodista transcribió
mal su “chicos locos” y les hizo gracia y cambiaron la grafía.
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