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lunes, 18 de noviembre de 2019

DE BROMAS Y VERAS


La Revolución Catalana tiene sus más y sus menos. Altos y bajos que dependen de dos factores, lo que tienen delante y lo que tienen detrás y, a veces, de una combinación de ambos[1].

Lo que tienen delante
Animados por el Tsunami Democràtic[2]los ardorosos patriotas se lanzaron a cortar la frontera con Francia. El gesto heroico duró lo que tardó la policía francesa en avanzar. Apenas hubo palos. Ellos no son “nuestra policía”, están para poca broma. Sintiendo en su cuello el aliento de la vergüenza ajena, los Mossos se vieron forzados a hacer lo propio. Lo cierto es que aquí acaban los ejemplos referidos a lo que tienen delante[3]


Lo que tienen detrás
El tsunami de los cojones convocó tres días de protesta que al final acabaron reducidos a dos, según ellos por el clamoroso éxito que hacía innecesario otro día. Los CDR, que vienen a ser sus hijos tontos, convocan el sábado a bloquear nueve estaciones de Barcelona para provocar el caos universal y a primera hora de la mañana deciden que basta con Sants. Por la boca muere el pez.[4].

Por delante y por detrás
El mensaje era apocalíptico. Tomar los colegios electorales[5], impedir las votaciones, conseguir que las elecciones sean nulas y ganar la atención mundial. De ahí a la independencia, rodado. Hasta que alguien les dijo que los delitos electorales se pagan caros.
Que yo sepa, ni siquiera desconvocaron, simplemente dejaron de insistir...
Con los hijos tontos fue algo parecido en la jornada de reflexión. Grandes planes de subversión que se disiparon en cuanto encontraron la primera línea de antidisturbios.

Lo inesperado
Miraban alante y atrás pero no contaban con el peor enemigo, el que está dentro de ti.
Los acampados en la plaza se presentaban como hijos del 14 – O (el día que salió la sentencia) pero se definían como jóvenes no especialmente independentistas, hijos de la crisis y la falta de oportunidades[6], una cosa abierta, chula, bonita... Pero que traicionaba su nombre. A mí me preocupa mucho el futuro pero no se me da una higa lo que sea de esa banda de supremacistas a los que han condenado a pasar una temporada a la sombra. En la vida hay momentos en los que hay que elegir. Y eso es lo que se planteó ante la acampada el fin de semana pasado con nocturnidad y alevosía. Los jóvenes seguidores del independentismo las juventudes de Esquerra y Arran plantearon a las otras almas cándidas dejar la acampada sí o sí porque se ve que interfería con algún plan de los que les mandan. Los pajaritos dijeron que no y las crías de indepe hicieron lo que han visto en casa toda la vida: se fueron llevándose el dinero. Entre 30.000 y 40.000 euros, según las fuentes.
Lo mejor es que probablemente los julais volverán a caer cuando les tiendan la red la próxima vez .




[1] Como soy tan mal profeta me gusta regodearme en mis escasos aciertos. Si hace poco escribía sobre la posibilidad de que los Mossos se encontraran de frente con un hijo de Torra, en los últimos disturbios anotaron la matricula de un coche que resultó ser de una hija suya y hace poco han detenido a dos de sus sobrinos. Ah, lo que pesa la familia, que pregunten en casa de los Pujol...
[2] Que se ha convertido en una referencia fantasmal del tipo los Invisibles repartidos en siete círculos. Una vez más, recomiendo El péndulo de Foucault, donde voy a acabar por creer que está reunida toda la historia contemporánea...

[3] Es curioso porque los ignorantes exaltan el hecho de que en España haya cuatro lenguas como si fuera una cosa especial. Bueno, hace poco vi un titular que prometía que en realidad había ocho pero me abstuve de entrar a la noticia... Europa tiene un mapa hecho de cosidos, descosidos y recosidos, si algo sobra son lenguas minoritarias en cualquier país. Por no salir de Francia, aparte de su cuota de vascos y catalanes tienen corsos, bretones, occitanos, alsacianos, arpitanos y los que me dejo. Pero allí en el siglo XVIII no ganó la reacción clerical, así que no les ha quedado otra que agachar la cabeza y decir amén.
[4] Para acabar desconvocando cuando han visto que no era soplar y hacer botellas, como se dice en catalán. Eso sí, en el mensaje de metiemblanlaspiernas no ha faltado la grandilocuencia: “Persistiremos cada día hasta llegar a la República”.
[5] Lo que ya les producía un orgasmo anticipado, pues recordaba mucho al mítico uno de octubre que hasta tiene plazas dedicadas. U d’octubre, ni oblit ni perdó.
[6] Hijos del agobio, como cantaba Triana.

domingo, 3 de noviembre de 2019

QUITARSE EL TAPÓN


Alguna vez he escrito que El péndulo de Foucault es mi novela favorita de Umberto Eco, pese a sus evidentes debilidades[1]. Hoy la recuerdo como si se acabara de publicar porque su trama es de plena actualidad. No daré muchos datos, basta con saber que una bella mentira siempre es más atractiva que una verdad y que sus seguidores pueden acabar devorando a sus creadores porque se niegan a darle el final esperado. Pero ahora no la menciono por eso sino sobre todo porque uno de los personajes decía en voz baja na gavte la nata, que en su dialecto significaba quítate el tapón, cuando se encontraba ante alguien especialmente engreído o arrogante.
La verdad es que me negaba a ocuparme del asunto porque uno está para cosas importantes y no para minucias pero he acabado por dar mi brazo a torcer y algo escribiré sobre esta especie de magna revolución catalana que estoy teniendo la suerte de ver con mis propios ojos[2]
En su afán de buscar la homologación internacional[3] han hecho una comparación con los manifestantes de Hong Kong que considero acertadísima en un punto. En efecto, tanto los manifestantes de Hong Kong como los de Cataluña son unos privilegiados. Si esas manifestaciones se hubieran producido en cualquier otro punto de China hace tiempo que todos sus promotores, buena parte de los marchadores y muchos sospechosos de prestarles apoyo habrían sido pasados por las armas. Lo que el gobierno chino hizo en Tiananmen o hace hoy con los separatistas uigures no tiene punto de comparación con el trato de guante blanco que dispensa a los hongkoneses[4].

Líbreme Omar Jayam de hacer cábalas sobre la identidad de los barricadistas. Los enmascarados son desconocidos por definición. Sólo quiero traer aquí algunos de mis recuerdos como manifestante activo que he sido en las calles barcelonesas, siempre en el lado de los que cuando se acerca la policía piensan que no es para cosa buena[5]...

Las batallitas del Tío Pedro
Primero de Mayo del 2007, manifestación alternativa. En aquel entonces aún no había llegado la crisis, todos éramos ricos y felices. Por la mañana se manifestaban los sindicatos rebaño y por la tarde lo hacíamos los marginales. Los okupas eran el mayor enemigo de aquellos tiempos y se supone que aquella era su manifestación. Fue surrealista. Los mossos rodeaban totalmente la manifestación. Cuando digo que rodeaban es que marchaban pegados a la manifestación dos por fila (uno a izquierda y otro a derecha) y dos por columna, uno delante y otro detrás. Hoy lo llaman “encapsular”. El resultado fue que la manifestación hizo el recorrido absolutamente encajonada, más parecía cuerda de presos que manifestación. Se produjeron situaciones surrealistas como la de un muchacho que salió a saludar a un conocido y al volver los mossos no le dejaban entrar a la manifestación...
Como entonces en lugar de llorones había gente con sentido del humor, un espontáneo pidió una ovación para las fuerzas del orden que nos habían escoltado y les sentó peor que si les hubiéramos lanzado una docena de molotov.
El 18 de marzo de 2009 había manifestación de estudiantes convocada contra el que entonces se llamaba “Plan Bolonia”. Ni lo sabía. Estaba en paro cobrando los famosos 400 euros “de Zapatero” y el alquiler era prácticamente el doble, así que tenía bastante con cuadrar mis cuentas domésticas como para inmiscuirme en los asuntos de otros... Era por la tarde y me quedé sin tabaco. De liar, claro, no me podía permitir otra cosa. Parecía tarea fácil: llegar a Plaza Sant Jaume, bajar Jaime I, cruzar Vía Layetana y justo ahí estaba el estanco. Así le salgan sus intentos al Turco, que diría Quevedo. Desde la plaza ya se oía una banda sonora que invitaba a ponerse en guardia pero decidí intentarlo de todos modos. A medida que bajaba Jaume I lo que veía superaba las peores expectativas y en cuanto tuve Vía Layetana a la vista me quedó claro que allí no se podía llegar. De cualquier modo, no me quedó mucho tiempo para consideraciones porque una carga sorpresiva despertó mi instinto de conservación y me hizo volver grupas y salir a la estampida. Suerte que pude comprar tabaco en el bar de la esquina de casa, aunque tuve que comprar un paquete que puso en riesgo mi economía de guerra de entonces...
No lo vi pero las crónicas periodísticas del día siguiente recogieron que los Mossos se comportaron de forma absolutamente democrática: pegaron a todo el mundo, turistas y niños incluidos[6]. 


Antes de seguir adelante quisiera aclarar un par de puntos. Por supuesto que en todas las manifestaciones que pueden presentar riesgos para el orden público hay policías infiltrados. Es su deber, les pagan para eso, lo contrario me decepcionaría, para eso pago mis impuestos... Lo que pasa es que en las manifestaciones que muestran una cierta coherencia se les huele, porque siempre hay algo en ellos que desentona. En mis tiempos de manifestante se les rodeaba y se les gritaba aquello de “Secreta, idiota, ¿te crees que no se nota?” y abandonaban la manifestación con un gesto extraño que a la vez parecía querer decir ¿qué ha podido fallar en el disfraz? y ¿si lo saben, por qué no me han dado una paliza?

Lo del provocador es más complicado porque caben muchas interpretaciones. Ahí cabe desde el joven ingenuo que no se ha dado cuenta de que no vale todo hasta el taimado agitador del cuantopeormejorparatodosycuantopeorparatodosmejormejorparamielsuyobeneficiopolitico, al que se supone que tanto le da la presentación de un libro, un partido de fútbol o una manifestación para armar el lío y que precisamente se vale de los jóvenes lila del primer apartado[7].

Y llegamos a la que para mí ha sido la última movilización con cierta coherencia que ha habido en la ciudad donde vivo, la huelga general de marzo del 2012. Tengo piedad de vosotros y no la relataré por entero porque la viví con toda intensidad y la recuerdo como si fuera ayer, sólo traeré aquí algunos elementos para comparar.
Fuego. Un sindicato anarcoide escenificó una representación delante de la Bolsa de Barcelona[8]. Quemaron una caja de cartón que contenía diversos símbolos pintados, hasta el más tonto podía ver que aquello era teatro, de hecho apenas sobresalían las llamas de la caja... Dio igual. La secretaria general del sindicato pasó veintitrés días en la cárcel y salió bajo fianza de seis mil euros acusada de incendio, daños, coacciones, y delitos de desórdenes públicos y contra los derechos fundamentales.
Carrusel. Durante la mañana de aquel día miles de personas formaban piquetes en el Paseo de Gracia. Los intentos de cortar el tráfico no duraban más de un minuto. Los mossos usaban una técnica que llamaban carrusel que consistía en circular en las furgonetas a una velocidad salvaje (¿70, 80 km/h?) con la puerta trasera abierta lanzando pelotas de goma. Entonces llevaban unas escopetas lanzapelotas con un cargador de cinco que dejando el dedo en el gatillo tardarían un máximo de diez segundos en ser disparadas.
Provocadores. En la mani de la tarde a la que fui había un Black Block. Un grupo de encapuchados “encargado” de provocar incidentes. Cuando se configuró como tal fue recibido con aplausos, como aplausos subrayaban cada una de sus acciones. Acciones que parecían bien calibradas, como no atacar con fuego una ETT que estaba situada bajo una vivienda muy expuesta. Cuando llegamos a la altura del Corte Inglés los tipos intentaron romper los escaparates con entusiasmo digno de mejor causa y los demás corrimos como pudimos[9].
Proporcionalidad. Que es el episodio siguiente. Los mossos trataron de desalojar la Plaza Cataluña con cargas y no lo consiguieron porque se les plantó cara con gran arrojo[10]. Tras un buen número de intentos fallidos, optaron por gasear la plaza con lacrimógenos.

Lo que veo hoy

Pues, escrito lo escrito, me cuesta creer lo que veo hoy. Cómo los mossos aguantan a pie firme que les caguen a pintura una furgoneta, les prendan barricadas de fuego delante de las narices o que cuatro payasos corten una carretera y ellos la den por bien cortada.


Entiendo sus razones. Torra ha dicho que toda su familia está en los CDR. A ver quién es el guapo que se atreve no digo a pegar, ni siquiera a rozar, en este caso basta con hablar sin respeto a un hijo de Torra. Pasará el resto de su vida dirigiendo la circulación de rebaños de cabras en el punto más alto del Prepirineo catalán.
Una actitud comprensible desde lo humano que tiene consecuencias curiosas. Como que la cuestión de cortar carreteras parezca tan barata que una decena de lechuguinos que lo probó tenga que salir por piernas pese a sus bravatas vacías o que dos niños de doce años intenten cortar una[11]  .
Hombre, confieso que me da cierta esperanza pensar que esto se podría arreglar recurriendo a los servicios de un par de profesores de enseñanza media, media docena de educación infantil y unos pocos miles de educación especial...




[1] No en su momento. Leí El nombre de la rosa siendo adolescente y me fascinó. Esperaba como loco la siguiente y me llevé un chasco tremendo al terminarla.
[2] Bueno, eso sería si no hubiera preferido quedarme en casa viendo vídeos de Juan Tamariz y cosas parecidas, tampoco exageremos. En realidad seguro que habéis visto más vosotros que yo.
[3] ¿Puede haber algo más paleto que escribir una pancarta en inglés para una manifestación en Gerona? Entiendo que ni siquiera sean conscientes de lo que simboliza como síntoma de un complejo de inferioridad sublimado.
[4] Y aquí no juzgo la justeza de sus reivindicaciones porque ni las conozco ni me interesan. Simplemente constato que lo que se les permite a ellos no se permite en ningún otro lugar de China.
[5] Ah, qué lejos quedan aquellos tiempos de la Vía Catalana, cuando los mossos se acercaban a los manifestantes para asesorarles sobre cómo tomar las fotos para que parecieran más de los que eran, según recogieron algunos periódicos.
[6] Hablamos de porrazos, no de pelotas disparadas al tuntún. En este caso primero apuntaban al objetivo. Aquí sólo cuento lo que más o menos he visto o al menos estaba por allí. Por contar algo curioso que sucedió entre estas dos fechas, cuando España ganó la Eurocopa del 2008, los mossos intervinieron contra la multitud que celebraba el triunfo en la Plaza de España y hubo un herido grave que perdió el bazo por el impacto de una pelota de goma. Resultó ser un alto mando de la Guardia Urbana que investigaba de incógnito sobre el terreno.
[7] Algunos apuntan a los anarcoides, que en el fondo parecen orgullosos de desempeñar un papel principal en la farsa en lugar del suyo habitual de ser ignorados por todos. Sobre la imbecilidad de los anarcoides en este caso particular quizá me ocupe en el futuro o quizá no porque confieso que me da mucha pereza dedicar espacio y tiempo a semejantes fracasados...
[8] Cuyo restaurante tiene el ingenioso nombre de La Brokería. (Para los que no conocen Barcelona, el mercado más conocido se llama La Boquería. Fue el punto central de los atentados del 2017).
[9] En mi caso miré hacia delante y venían mossos cargando, miré hacia atrás y venían mossos cargando, miré hacia la derecha y venían mossos cargando... largué a zingar hacia la izquierda sin mirar y por suerte allí no había mossos.
[10] Por mi parte gran admiración hacia el contingente sudamericano. Arrojo y buen humor a partes iguales. Magníficos luchadores, quién sabe dónde estarán ahora...
[11] David López Frías: “Rebelión en la autopista: los CDR salen huyendo de un grupo de conductores enfurecidos”, El Español, 25/10/19 y Sin firma: “Vídeo: Niños intentan cortar una carretera en Cataluña”, EL Plural, 20/10/19.


viernes, 23 de agosto de 2019

LA FORMA Y EL FONDO




Janet Sanz es segunda teniente de alcalde de Barcelona y este mes ha sido alcaldesa accidental una semana mientras Colau disfrutaba de un merecido descanso. Sanz nació en un pueblo de la Huesca de habla catalana, tiene treinta y cinco años y antes que con Colau ya había sido concejal bajo uno de los múltiples nombres de Izquierda Unida[1]. Títulos firmados por Su Majestad no le faltan, es licenciada en Derecho y en Ciencias Políticas.
En una entrevista reciente el periodista le pregunta: “¿Hay un problema de seguridad en Barcelona?” y ella responde:
En hurtos y robos. Lo que veo en mi entorno es una enorme preocupación por la emergencia climática. No identifico una percepción superior de inseguridad. Hay otros temas más prioritarios para mi entorno, como la precariedad laboral. No niego un problema subjetivo de inseguridad. Los indicadores dicen que hay temas en los que debemos mejorar. Para eso hay un teniente de alcalde de Seguridad[2].

¿Por dónde empezar? En este caso por los detalles, aunque parezcan poco relevantes. Cuando algo es prioritario no tiene nada por delante, decir que algo es “más prioritario” es como decir “más mejor”, expresión que suele emplear la infancia. Por otro lado, si los “indicadores” cumplen su función de indicar algo, entonces ya no se puede hablar de un problema subjetivo. El problema es que el habla es un reflejo del pensamiento y cuando alguien no se expresa con claridad se puede sospechar que no piensa con claridad. Recordemos aquel cuanto peor mejor para todos... Claro que también dice que Colau es “una de las líderes más valoradas de España. Incluso de Europa”, aunque aquí celebro que no haya utilizado la cursilada de el Estado español, cosa que no dudo de que alguien de su entorno le habrá recriminado.

Para eso hay un teniente de alcalde de Seguridad
Esta es muy interesante porque revela muchas cosas. Cuando Ada Colau era aspirante a la alcaldía anunció que si ganaba disolvería la unidad antidisturbios de la Guardia Urbana[3] y cuando llegó al poder reculó como ha hecho en tantos otros asuntos. Se comportó como la vieja política pero en el mal sentido, incumpliendo una promesa electoral[4].
Entiendo perfectamente la preocupación de Colau porque yo tampoco entiendo para qué necesita antidisturbios la Guardia Urbana. Bastaría con dar un curso a unos cuantos de la plantilla y ponerlos bajo un mando temporal en el momento que se necesite. Cuando un grupo destinado a una tarea tiene mucho tiempo libre, el aburrimiento le suele llevar a discurrir cosas raras. Sin embargo podía haber utilizado formas de la vieja política de manera inteligente. Por ejemplo, callar sus verdaderos planes para no levantar la liebre. Una vez al mando nada más sencillo que anunciar que es preciso “adaptar la Guardia Urbana a los nuevos desafíos” y sin necesidad de disolver la unidad de antidisturbios, dejarla reducida a los tres más inofensivos y reubicar a los demás a tareas de patrulla callejera y si alguien protesta decir que son “necesidades del servicio”. Los estados mayores de los tres ejércitos se pasan el día dedicados a disolver, rehacer y crear unidades porque se aburren mucho y nadie dice nada. Pero eso sería proceder de manera inteligente. Quizá cínica, pero nadie nunca llamó tontos a los filósofos cínicos a los que Ada Colau estudió en la universidad antes de abandonarla por ser pobre.
Antes de ser votada, Ada Colau tenía muy claro que ser alcaldesa conllevaba ser la jefa máxima de la Guardia Urbana pero una vez investida con el bastón de mando pareció olvidarlo y ni asumió directamente el mando, que podía hacerlo, ni nombró un cargo específico que se ocupase de lo que oficialmente se llama Seguridad durante su mandato. Sé que es un juicio de valor, pero lo voy a hacer de todas maneras: hay una curiosa coincidencia entre esa forma de proceder y las doctrinas de algunos filósofos cuentistas que opinan que aquello que no se nombra no existe.  La obsesión por eliminar cualquier vestigio del pasado que no nos gusta responde a esa creencia[5].
Cada uno puede tener su opinión sobre la utilidad de la policía o sobre su mera existencia y las mías son muy malas. Precisamente por eso no sólo no me presento a alcalde de Barcelona sino que ni siquiera me presto a apoyar con mi voto a alguien que aspire a ese cargo. Pero si te presentas sabes que la jefatura de la Guardia Urbana va incluida en el cargo y algo deberás tener pensado. En su caso parece que el plan consistía en no nombrar, dando por sentado que conllevaría el no existir[6].
La decisión de no poner obstáculos en Las Ramblas parecía inspirada por la misma idea. No expresada con franqueza, claro, se adujeron motivos “técnicos”. Pero una vez consumados los atropellos mortales de los que acabamos de cumplir dos años aparecieron los obstáculos y el problema técnico se desvaneció como había llegado. Donde dije digo digo Diego se queda corto. Lo que, por supuesto, hace pensar mucho sobre la profundidad y el enraizamiento de sus principios, porque esta forma de proceder se ha repetido a lo grande. Tras una legislatura sin responsable conocido de cuestiones de seguridad estrena la segunda nombrando teniente de alcalde de Seguridad a Albert Batlle y este se lo ha pagado diciendo que está a favor del “retorno asistido de los menores no acompañados que no se integren[7]”, que en castellano quiere decir que está a favor de expulsar a los menas que delincan, y desatando una ofensiva en toda regla contra los vendedores del llamado “top manta”, dos puntos que hasta ahora eran intocables y ahora, en fin, dejaremos de nombrarlos para que dejen de existir... En cualquier caso, no deja de ser llamativo el silencio de Ada Colau ante lo que en castellano se llama “si no quieres taza, taza y media” o quizá aún más adecuado en este caso, “si no quieres caldo, tres tazas”. Esta rendición ante la vieja política me recuerda a otro ilustre, Felipe González, cuando volvió de su visita a la tiranía china con un refrán aprendido de sus anfitriones: “gato negro, gato blanco, tanto da si caza ratones[8]”.  El problema es si el gato Batlle no consigue cazarlos. Entonces, ¿qué le quedará? Porque al final el dilema de la eficacia de la policía se reduce a la información. Con buena información todo se ataja y con mejor información hasta se puede prevenir[9]. Pero aún está por averiguarse si se ha hecho ese trabajo de información, de momento los Mossos, que no dependen del Ayuntamiento, han desplegado antidisturbios en mi barrio. Según la prensa, porque yo no los he visto[10].

Lo que veo en mi entorno es una enorme preocupación por la emergencia climática. No identifico una percepción superior de inseguridad
Y me da a mí que aquí reside la clave del gran problema, en el entorno. Si se observa, cuando Janet Sanz dice que “para eso hay un teniente de alcalde de Seguridad” parece estar hablando del fontanero que viene a casa a arreglarte el desagüe. Se le contrata para que haga un trabajo y se le paga bien, pero no puede esperar que le pongamos un cubierto en la mesa familiar[11].
Colau y los suyos, como Iglesias y el núcleo fundador de Podemos, eran militantes de grupúsculos a los que en un momento sonrió la suerte. (Tampoco voy a negarles el talento, supieron hacerse reconocibles entre otros muchos aspirantes y crearse una imagen positiva que pudieron convertir en votos. Ya se dice que la suerte es de quien se la trabaja...).
La vida dentro de estos pequeños grupos tiene sus peculiaridades. Está el militantismo y ese sentido del sacrificio del que tanto se reían los situacionistas, muy acertadamente a mi criterio. El resultado de la actividad grupuscular es que al final la vida entera se desarrolla dentro de ese pequeño grupo. Puede parecer frívolo pero basta con ver que Colau, Pisarello, Iglesias, Kichi y Teresa Rodríguez o viceversa y Errejón tienen o han tenido parejas surgidas del mismo pequeño ambiente.
En el entorno de Janet Sanz preocupan más la emergencia climática o la precariedad. Ellos sabrán por qué no les preocupa la delincuencia violenta. Yo camino a diario por la antigua Avenida Buenaventura Durruti y como soy un racista sin remedio cuando veo adolescentes de según qué tono de piel cerca me pongo en guardia. Más que nada para que no me sorprendan con la famosa llave “mataleón”, pese a no llevar un reloj costoso en la muñeca. Tengo claro que los del entorno creen que la cuestión es llevar un reloj y si no es así puedes caminar tranquilo pero viví mi adolescencia en un barrio machacado por la heroína y sé mucho de cómo se le gira la cabeza a la gente cuando está desesperada, algo que estos lechuguinos ni siquiera conciben.
Podría caer en la tentación fácil de decir que es porque van en coche oficial o viven lejos de zonas conflictivas pero creo que no se trata de eso. Creo que simplemente son víctimas de unos esquemas mentales demasiado simples.
Por otro lado, flaco favor hace a los que se preocupan por la precariedad o el calentamiento global al contraponerlos con los que se preocupan por la posibilidad de tener un mal encuentro al volver a casa.
A mí me preocupan mucho el calentamiento global, la precariedad y el riesgo que corro caminando por el barrio, pero si me apura mi tema más prioritario es el de las verdaderas cifras de la economía china, que quien tiene ojos ha podido leer opiniones muy bien argumentadas que sospechan que hace años que están falseadas al alza. Sin embargo no se me ocurriría decirle a Sanz que no se preocupe por lo medioambiental o lo laboral, que lo suyo es mirar a Pekín. Parece que quisiera forzar un dilema entre defensores del medio ambiente y gente que camina con miedo por la calle. Ahora que los comentaristas cavernarios se están ensañando con una adolescente de dieciséis años que sólo quiere un mundo mejor preparado para afrontar el futuro no parece una decisión muy inteligente.
Pero ese es el problema de la visión grupuscular o en este caso visión del entorno. Que es lo que en inglés llaman visión de túnel. O lo que en los tiempos en que la gente iba a los toros se comparaba con la visión de las mulillas.
Y lo que significa, claro, que es, en cinco palabras, a nosotros nos la sopla... Pero por otra parte, si Batlle decide ponerse bravo y atacar el problema a base de garrotazo y tentetieso, pues oye, que también nos la sopla, que no es del entorno y para eso se le paga....


[1] Siempre recordaré las palabras del bien pagado cómico Alfonso Guerra cuando nació la coalición hoy incorporada a Unidas Podemos: “¿Pero qué izquierda si están los carlistas? ¿Pero qué unida si están a tortas?”. Al menos ese día se ganó el rancho...
[2] Toni Sust: “Janet Sanz: “Si alguien piensa que con políticas de seguridad resolveremos el problema del top manta, se equivoca”. El Periódico, 07/08/19. La entrevista es anterior a la escalada terrorífica de asesinatos, navajazos e incendios provocados de pobres contra pobres (desfavorecidos en el lenguaje del entorno de Sanz).
[3] Fue a raíz de la proyección de Ciutat morta en el Canal 33. Tuvo la desvergüenza de aprovecharse de la conmoción que causó para publicar un tuit esa misma noche pidiendo el voto, lo que fue ampliamente criticado.
[4] ¿Cómo olvidar al PP de Rajoy echando en cara a Rodríguez Zapatero haber cumplido su promesa de retirar las tropas de Irak? ¡Aquello no tenía precedentes!
[5] Y también a otra menos inocente, claro, el que las nuevas generaciones no tengan cerca pruebas que pongan en duda las versiones de la historia oficial. En realidad viven en una época en la que tienen a disposición más información que ni el más sabio de todos los tiempos ha tenido antes pero lo que no está claro es que tengan la misma curiosidad que tenían aquellos sabios. El callejero de Barcelona es un ejemplo claro. Lluís Companys da nombre a un céntrico paseo que no pasa desapercibido en los mapas, mientras Buenaventura Durruti tiene una plaza donde se pierden los mecheros. Partiendo de la realidad actual cuesta explicar que durante la Guerra Civil la céntrica e importante Vía Laietana se llamase Avenida Buenaventura Durruti. Cierto es que Lluís Companys fue un inútil y un cobarde y en eso los últimos presidentes de la Generalitat se le parecen bastante...
[6] ¿Ada Colau habrá leído El nombre de la rosa, que más allá de sus pullas a Jorge Luis Borges y su indagación policial trata exactamente sobre eso? Y una duda más, ¿es posible que lo haya leído y no lo haya entendido? Pese al impacto que me causó la lectura de la primera novela de Eco, que creo que influyó bastante en mi decisión de estudiar Historia Medieval, prefiero la segunda, El péndulo de Foucault, siendo consciente de todas sus imperfecciones. Si la traigo aquí es porque plantea el reverso de la hipótesis, que algo exista sólo por el hecho de ser nombrado.
[7] Clara Blanchar: “El Govern rechaza la idea de Batlle de repatriar a menores inmigrantes no acompañados”, El País, 23/07/19.
[8] Buen maestro. El de “OTAN, de entrada, no” y los famosos 800.000 puestos de trabajo. Los obreros reconvertidos gritaban “los ochocientos mil son de guardia civil” antes de ser apaleados pero volvió a ser elegido por mayoría absoluta dos veces más.
[9] La historia de ETA es un ejemplo perfecto. Las aparatosas redadas de la policía franquista, absolutamente arbitrarias por falta de información, sólo sirvieron para aumentar el número de los dispuestos a alistarse. Sólo cuando los altos mandos entendieron que el trabajo paciente y aparentemente ingrato de unir un dato perdido con otro era la clave del éxito comenzaron a apuntarse triunfos.
[10] El otro día en la antigua Avenida Buenaventura Durruti atracaron al embajador afgano y no es el primer atraco violento en esa calle en los últimos días. El principal periódico de Alemania, el Frankfurter Allgemeine, ha publicado un artículo sobre Barcelona con el expresivo título de “Ciudad de ladrones” y los gobiernos de Japón y Corea del Sur alertan a sus ciudadanos de que tengan mucho cuidado. No sé si se publicó pero después de que se retransmitieran los incidentes del uno de octubre de 2017 muchas agencias de viaje japonesas cancelaron sus grupos pese a las penalizaciones. Los japoneses no quieren problemas durante sus cortas y bien ganadas vacaciones y si oyen que en un sitio puede haber jaleo lo cambian por otro, así de sencillo. En este caso parecen chocar los intereses del Ayuntamiento actual, más bien opuesto al turismo, con la obsesión de la Generalitat por la imagen exterior, ese famoso “el mundo nos mira”.
[11] A cambio él se venga corriendo a los del top manta y diciendo lo que piensa sobre los menas, claro.

martes, 2 de octubre de 2018

INFLAMACIÓN


De igual forma, los Comités de Defensa de la República (CDR), junto a Arran convocantes de la marcha, han ido más allá y han exigido la dimisión del mismo presidente catalán y del conseller Buch, a quienes han tildado de “traidores” por las cargas. Además, han advertido: “Lo pagaréis”. Desde Twitter, los CDR han denunciado la actuación de los Mossos sobre los manifestantes independentistas: “Están masacrando a los nuestros. ¡Desconvocamos! Lo pagaréis. La historia os llamará traidores, Miquel Buch, Quim Torra, Govern y Ayuntamiento de Barcelona[1].

Los vídeos son de mucho reír. Mientras les están cagando a pintura, el mosso que lleva el megáfono les avisa con paciencia franciscana de que, hombre, que eso no está nada bien, que lo suyo es que paren... Ante la falta de respuesta de la alegre juventud aplican poco más de una docena de porrazos, a repartir entre todos.
En cuanto a las cargas, qué decir... Decenas de miles de húsares, lanceros y demás jinetes muertos en guerras pasadas estarán revolviéndose en sus tumbas. ¿Cómo se puede llamar carga a un avance que no supera los diez metros?

Recuerdo la huelga general del 29 de marzo del 2012, probablemente la última vez que me he echado a la calle con verdaderas ganas. Recuerdo las furgonetas de los mossos circulando arriba y abajo por el Paseo de Gracia a mucha más velocidad de la permitida, con la puerta trasera abierta y disparando pelotas de goma a voleo. Como recuerdo que fueron incapaces de desalojar la Plaza Cataluña cargando a pie y tuvieron que recurrir a la poco noble maniobra de arrojar gases lacrimógenos hasta que el ambiente se hizo irrespirable.
Es cierto que no gritábamos “Esta es nuestra policía” ni llevábamos esteladas. Ni siquiera era fácil ver una triste cuatribarrada[2].

No hay que desear el mal a nadie, líbreme Tutatis de incurrir en un delito de odio pero, cómo cambiaría su lenguaje si por una vez, una sola vez, fueran víctimas de una masacre de verdad[3]...





[1] Redacción: “La CUP y los CDR piden la dimisión de Buch por las cargas contra independentistas”, La Vanguardia, 29/09/18.
[2] La locura de la estelada comenzó aquel setiembre, cuando Artur Mas decidió convertirse en el Moisés de su pueblo y cascó doce escaños en las elecciones siguientes. No se oía mucho catalán el día de la huelga y, sin embargo, sí se oían muchos acentos iberoamericanos
[3] El ayer odiado Torra ha dicho a los CDRs que “Presionáis, y hacéis bien en presionar”. (Torra presume de tener familiares en los CDRs). Quién sabe si habrá vuelto a lo más alto del altar de estos esquizofrénicos...