Era el último
lema de los CDR, que decayó por falta de participantes para sumir en la
barbarie al Estado español. Recordaba mucho al camello y la pulga de Samaniego[1]
pero más allá de esta panda de borroquillas que buscan la independencia por las
bravas, la mayoría del independentismo se decanta por la opción del referéndum
porque no hay que olvidar que si algo son los independentistas es demócratas[2].
El problema es
que hay cientos de movimientos independentistas en el mundo pero sólo se han
celebrado referéndums en dos lugares, Quebec y Escocia[3].
Hace falta más casuística, se necesitan estados que opten claramente por el
derecho a decidir y hoy los independentistas están de suerte, Papúa Nueva
Guinea ha permitido un referéndum en la isla de Bougainville[4].
El inicio es
conocido, en la isla hay una mina de nombre Panguna que llegó a representar el
45% de los ingresos de exportaciones de Papúa Nueva Guinea. De todos modos, los
motivos no son importantes, el derecho a decidir es un derecho democrático
irrenunciable y en este caso además el 90% de la población respalda la
independencia. Con mucho menos los CDR hubieran ganado el pulso por las bravas.
Papúa Nueva
Guinea es un sitio curioso. Por ejemplo, los censos de población no son fiables
porque parte de sus ciudadanos vive en árboles ―
como el barón rampante del Calvino escritor[5]
― y
se ve que los encuestadores no eran muy de trepar a preguntar, aunque esto
puede haber cambiado: el censo para el referéndum de independencia es un 20%
más elevado que el utilizado en las elecciones autonómicas del 2015.
Sí, lo sé. Sería
preferible un democrático referéndum escandinavo sobre la independencia de
Laponia pero es lo que tenemos... No hay que subestimarlo, el número de
referéndums de independencia en el mundo crece en un tercio al pasar de dos a
tres y esas son cifras mayores.
Ya, luego podrán
decir que la mina lleva tiempo cerrada por el conflicto, que el ente
autonómico recauda 637.000 euros por impuestos a empresas, aranceles aduaneros
y tributos varios mientras recibe casi once millones de euros transferidos por
el Estado papuanonovoguineano, pero ellos no cuentan con que la ilusión de un
pueblo todo lo puede...
Lo que no
termino de entender es que sabiendo que el 90% de la población está a favor de
la independencia el referéndum no sea vinculante. Jamás va a tener mejor
ocasión el estado opresor para soltar lastre...
[1] En
una larga jornada / un camello muy cargado / exclamó ya fatigado: / “¡Oh, qué
carga tan pesada!” / Doña Pulga, que montada / iba sobre él, al instante / se
apea y dice arrogante: / “Del peso te libro yo”. / El camello respondió: /
“Gracias, señor Elefante”.
[2] En
realidad no es así, se trata de una convicción sobrevenida. Artur Mas convocó
un referéndum por la independencia en el mítico año de 2014 y Rajoy lo
permitió, aunque ahora nadie quiera recordarlo. Se celebró, ganó el Sí y no
pasó nada. Pero nada de nada... Tras él vinieron unas elecciones autonómicas y
el nuevo plan era declarar la independencia en 180 días para los de ciencias y
seis meses para los de letras. Cuando preguntaron a Mas por otro referéndum
dijo que aquello era “una pantalla pasada”. Hubo que recuperar la pantalla
deprisa y corriendo sólo porque fue una condición que impuso la CUP para
investir a Puigdemont.
[3]
Mientras el resto de países se reían porque sabían el final por anticipado: los
independentistas sólo aceptarán el Sí. En Quebec se ha votado tres veces porque
en todas ha ganado el No. Hartos de que los independentistas vuelvan a pedir un
referéndum al día siguiente de perderlo, han endurecido considerablemente las
reglas. En Escocia han optado directamente por no hacerles caso.
[4]
Los datos proceden de Kate Lyons: “¿El nacimiento de un nuevo Estado?
Referéndum de independencia en la isla de Bougainville”, eldiario.es,
22/11/19. En mis tiempos escolares era Nueva Guinea Papúa, supongo que el
cambio será fruto de los avances del proceso de descolonización.
[5]
Según todos los indicios, sin sus afanes ilustrados. Deseo que al menos ellos
tengan sus Violas y ellas sus Cosimos.
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